37 hijos de Satanás brindan a la salud de Bukowski en un libro que dejará una resaca brutal
viernes, 30 de abril de 2010
LÁGRIMAS EN LA LLUVIA. Antonio Orihuela
Por los caminos de la muerte
del ovejuno mundo, vamos hoy
sin saber cómo ni a dónde,
satisfechos y voraces aquí,
hambrientos más allá de las alambradas
los que podrán ser depredadores ocasionales mañana
pero jamás serán revolucionarios.
Sin embargo, en los años veinte y treinta
los obreros y los analfabetos,
hurtándose el pan y las calorías,
compraban panfletos anarquistas
para hacérselos leer,
aprenderlos de memoria
y repetirlos como una obsesión
recorriendo campos y cortijos, pero hoy,
¿qué debemos hacer?
Arte no, también en estos tiempos sería inmoral, una canallada.
Hoy los obreros sólo escuchan con gran atención
la voz del amo, sólo repiten y recorren como obsesión
los mensajes del amo
y entienden que la justicia social se cumplió,
en el horizonte deshumanizado del capitalismo,
trabajando para una hipoteca
y un crédito personal.
Que la poesía, puesta a ser algo,
mejor pura y de espaldas a la realidad
que no otra que termine con el poeta en la cárcel
a cuenta de su conciencia vigilante,
a cuenta del retrato de la modistilla
que habló de revolución con palabras dulces,
o en olvido
por decir que la LIBREEMPRESA,
durante los últimos tres años,
recibió de las arcas públicas 8.700 millones de euros
o que las fuerzas de orden de la IIª República
habían matado entre abril de 1931 y diciembre de 1932
a 224 obreros.
No, como poetas lo único que se nos sigue pidiendo
es que nos entreguemos desarmados y cautivos,
que continuemos la tradición subvencionada,
que seamos, sin cerebro ni corazón, agradecidos
mientras Aida Lafuente,
en la Iglesia de San Pedro de los Arcos de Oviedo,
continúa defendiendo la retirada de sus compañeros
y antes de caer en manos de los fascistas
se pega un tiro
y un legionario se acerca curioso ante la tenaz resistente y dice:
—Mira, tú, si es un guayabito.
Al tiempo que otro le manosea su pecho muerto.
Ocultar que Manuel, en el casino de Villarobledo,
cuando ve que todo está perdido para la revolución, abandona su fusil
y se pone a trastear sobre unas teclas de marfil porque,
rudo e inhábil campesino, no quería morirse
sin haber tocado el piano al menos una vez en su vida.
También podría pasar de una vez de la poesía
y hacer anuncios que festejaran el que hoy, en el Nalón y el Caudal
se den cursillos para buscar oro y combatir al estrés,
pero es que, al menos para mí,
la sangre de los parias sigue sin disolverse en sus aguas
y continúa, erguido e impertérrito, el viejo orden del ayer.
Entonces, ¿en qué lógica refractarnos?
A las puertas de Oviedo un anuncio recuerda a los replicantes
que el pasado no existe,
mi memoria,
en cambio,
aún identifica la ilusión y denuncia la realidad.
Mi conciencia también sabe que el cese aún es posible,
porque donde todo ha sido pérdida
también todo ha sido nuestro, menos la desolación.
No pasarán, pues, al menos sobre este poema.
No pasarán.
Antonio Orihuela. La ciudad de las croquetas congeladas. Editorial Baile del Sol, 2007.
Foto: Aida Lafuente
jueves, 29 de abril de 2010
CASA DE PUTAS. Miguel Ángel Sosa
Hay overbooking de poetastros
y las botellas son las únicas musas,
y está
lloviendo
sin ganas
en este Sur de mierda del que soy inquilino.
Bajo mi sombrero, una sombra anónima.
Me han censurado hasta los anarquistas
de corbata y manzanilla, los que se
ganan la vida
escribiendo sevillanas. Y el cura
de la parroquia dice de mí
que en el fondo soy un buen
cristiano –Dios le conserve
el cristal de las gafas
y algunos billetes para ir al oculista-.
Noche de fin
de año. No hay un puto
trago de vino
en casa,
ni dinero, ni expectativas,
ni ganas de escuchar música,
ni de escribir,
ni de vivir, ni
siquiera
de salir a la calle
con una recortada
en plan Rey Mago Psicópata
y llevarle algo de felicidad
a la buena gente. Soy una nube
de tormenta
bajo la camisa roja,
un cabreo metafísico. Mi mujer
está jodida,
con resaca, hecha un trapo
neurótico, insomne,
la casa apesta a lejía
y sigue habiendo mugre en los rincones.
Me duele una rodilla
y van dos pancreatitis en mi cuenta.
Somos de ilustre cuna, dignos
de figurar en el ABC
como familia modelo
o de ser canonizados en vida.
De modo, que como puede usted suponer,
querido lector,
a estas alturas de la tormenta,
me importa tres cojones, dos pollas y un Te Deum
lo que puedan pensar de mí
los críticos-maruja
y no doy un duro
por los buenos propósitos
de fin
de año. No doy un duro
ni por este planeta,
ni por las llamas del purgatorio,
ni por cada palabra
que llevo escrita,
ni por el amor, esa estafa
de nervios destrozados
en la que siempre acaban perdiéndose las fotos y los libros.
Por mí como si reventamos mañana.
Para qué preocuparse,
si hay una puta en cada esquina
y el resto es previsible, anodino,
tedioso, circular.
No hay ni una uva con la que atragantarse,
las horas se derraman lentas como esperma de velas
y no hay nada más bello que ese gato persa
que duerme indiferente
en la tarde de lluvia de fin de año
y la luz demorada en las farolas
de esas calles que, como todo en la vida,
no llevan a ningún sitio
fuera del hoyo lleno de gusanos,
al olvido, al asco y al silencio.
http://lucesclandestinas.blogspot.com
miércoles, 28 de abril de 2010
Kike Suarez (y de refilón Hankover) en Radio 3
http://media9.rtve.es/resources/TE_SCARNEC/mp3/6/1/1272296849916.mp3
INDIO ZAMMIT PRESENTA SU NUEVO POEMARIO
COMO UN HIELO FLOTANDO EN AGUARDIENTE
"Poemas de Alcohol, Dios y la Muerte"
por Indio Zammit
Jueves, 29 de abril de 2010 (22:00 h.)
Entrada gratuita
en sala BUKOWSKI
(C/ San Vicente Ferrer, 25 - Malasaña - Madrid)
Encerrado inevitablemente en el pico de un pelícano para apurar la última noche, fue vomitado al amanecer dos años y medio después junto a restos de arenques, balas de aguardiente, corderos degollados, trapecistas del desamor, chupadores de cadáveres, Santos y Superhéroes de mentira y Dios, con todos sus disfraces, repartiendo algo más que hostias.
Afortunadamente anotó todo lo que pasó allí dentro antes de que el licor derritiese los huesos que protegen su última neurona y ahora lo convierte en este, su tercer poemario.
Indio Zammit (Chamberí, 1969) pare sin anestesia estos poemas entre el Alcohol (dolor y vida), Dios (eterna metáfora de poder) y la Muerte (consecuencia de ambos), desde la cuerda floja. Un extremo lo sujeta la influencia bukowskiana, el otro la crudeza desgarrada del romanticismo suicida.
El autor, sin perder la dureza y provocación que caracterizan su estilo, alcanza, con arriesgada sinceridad, la calidad poética y literaria que le confirman como uno de los poetas de su generación a tener en cuenta
CO-ORDENADAS by Esther García Camps.
sigo fumando veintitrés cigarrillos al día
en veinticuatro horas de humo;
dos almohadas para leer a Bukowski,
cinco poesías antes de dormir;
no he superado el miedo a las alturas,
fiel a tu fobia a mis aires de grandeza;
mantengo mi coloquio diario con los posos del café
en el bar de mi esquina;
me gusta amanecer con el pie izquierdo
para tropezar con el derecho;
sigo apostando a caballo regalado
aun a riesgo de perder mis dientes;
he aprendido menos lecciones que canciones,
pero sigo desafinando en la ducha;
conservo un par de faltas de ortografía
para romper el hielo;
no me quemo con las mentiras
me he hecho aficionada a los cuentos;
y,
lo que es más importante
todavía me gusta emigrar a tu sur
cuando pierdo el norte.
Ester García Camps, de La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger (Bartleby, 2010).
martes, 27 de abril de 2010
PÁJARO AZUL. BUKOWSKI
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
EL SALTO DE URANO. Norma Yamille Cuéllar.
Yo había conocido una cárcel de Monterrey por robar una blusa en una tienda Sears. Eso fue después de golpear a una vieja en un concierto de música techno. Creo que eso fue después de haber sido víctima de un operativo del Ayuntamiento: más de cincuenta policías municipales irrumpieron en un estacionamiento público usado como hotel de paso, donde cobraban a ocho pesitos la hora la dicha y la felicidad de intercambiar arrumacos en la intimidad de un automóvil. Yo ahí estaba con un colega de entonces, y junto con otras 27 parejas fuimos exhibidos semidesnudos ante las cámaras de los noticieros y nuestras prendas interiores fueron las pruebas de presuntas faltas a la moral.
Cuando volví a casa luego del infierno texano, juré y perjuré que había reflexionado sobre mi vida y que iba a “tomar las riendas”. Empecé a buscar trabajo y me alejé de mis amigos que, según mis padres, eran mala influencia. Transcurrieron varias tranquilas semanas. Estudié astrología, llené mi cuarto de velas e inciensos. Mi carta astral me dio una pista: Urano, el planeta de la locura, la rebeldía, la polémica y los escándalos estaba ubicado en mi casa 12, que rige el inconsciente... al parecer, bastaba una copa de más para que de éste afloraran toda clase de cosas reprimidas, algo así como mi “otro yo”.
Una tarde, mis papás y mis hermanos veían la televisión, en la sala. El noticiero mostraba un hombre trepado a un anuncio panorámico, en plena avenida Gonzalitos, una de las arterias más importantes de la selva de asfalto. Todo Monterrey en suspenso. Miembros de la Policía y de la Dirección de Protección Civil trataban de convencer al fulano de que no se aventara. La cara del hombre de pelo largo no se distinguía, por el viento.
—Pobre güey —dije, sentándome en el piso.
—¡El hombre acaba de pedir un teléfono celular! —exclamó un reportero.
—¿¡Qué esperan!? —chilló mi madre— ¡pásenle un teléfono!
Un teléfono móvil llegó a manos del suicida en potencia, y unos reporteros, como aves de carroña, acercaron unas bocinas al despistado fulano. Mi celular timbró, asustándome.
—¿Bueno? —contesté.
—¿Mónica? —era la voz de Sergio, un hombre que conocí en un bar, al regresar a Monterrey— ¿¡eres tú, mi amor!?
El potencial suicida era, precisamente, Sergio.
—Sí —respondí, con un tono de voz muy bajo.
—Chiquita, ¿cómo estás?
—Bien —me puse de pie— ¿y tú?
—Pensando en ti, amor... en las noches que pasamos... extraño tu cuerpo...
—Ajá... —opté por no mencionar que el es-tú-pi-do estaba encima de un anuncio, y que ambos éramos escuchados por miles de personas— oye... igual y a la noche podríamos ir al cine...
—¿Eh? No te oigo bien, chiquita... ¡te prometo que ya me voy a divorciar!
—¡Cállate! —lo interrumpí— ¡dije que si vamos al cine!
—Por favor, perdóname... la segunda vez que lo hicimos me quité el condón, no te diste cuenta porque andabas borracha... pero te juro que si estás embarazada te voy a responder, chiquita, no lo dudes...
—Sergio, ¿por qué no vamos al cine? ¡Están pasando la nueva de Batman! —ya ni sabía lo que estaba diciendo.
—No te oigo... amor, no te preocupes... le pregunté a un doctor que si te puedes embarazar y dijo que no hay problema, porque me acordé que abortaste en Texas, pa que veas, chiquita, nunca te olvido...
—¿¡Qué!? —me dirigí a mi perpleja familia— ¡creo que está drogado!
—Mi amor —él lloraba— dime que me quieres, ¡dímelo!
—Sí, te adoro, ¡pero ya bájate de ahí! —grité, hincándome— ¡ya, por favor, deja que los policías te bajen!
Un reportero hablaba con la esposa de Sergio, una luchadora gorda muy alterada. Dijo que su marido no se suicidaba ella lo iba a matar, en nombre de ella, de sus hijos con él, y de todas las mujeres engañadas del mundo.
—Sí, chiquita —Sergio se acercó a los policías— mira, voy a pedirles que me lleven contigo...
—¡No! —chillé, mientras periodistas de canales locales de televisión, policías, montones de curiosos y la luchadora con sus cinco hijos se dirigían a mi casa.
La mexicana Norma Yamille Cuéllar, hija de satanás honorífica, que fue finalista del concurso de literadura "Hijos de Satanás", tiene un puñado de cuentos tan potentes como este en busca de editor. ¿Quién se atreve?.P.
UN POEMA DE CHOCHE
la negra
se desliza por la barra,
belleza pura,
ébano de calidad,
gira y gira,
nos llega su olor,
limpieza,
jabón entre sus piernas,
perfume
sobre la piel,
impregnando la ropa que lleva,
la poca ropa que lleva,
la ropa que se quita
y tira sobre nuestras caras,
la ropa que se posa sobre la mesa,
al lado de unas cervezas
cada vez más calientes,
la diosa de ébano
se acerca,
se agacha
a por sus bragas,
nos enseña la puerta,
el rincón de sus secretos,
el agujero más negro del mundo,
no existen las sombras en su cuerpo,
no existe la luz en sus ojos,
no existe.
De su blog La inexistencia estomacal
lunes, 26 de abril de 2010
ALAN SILLITOE IN MEMORIAM
ROMPEPISTAS. KIKO AMAT
Videoilustración basada en la novela "Rompepistas" de Kiko Amat. Proyecto Mandarache 2010. Jóvenes Lectores de Cartagena. Creado por Sergio Duce y sonorizado por Diego Vicén.
La interpretación corre a cargo de Saúl Blasco, Laura Gracia, Miguel Polo y Luis Polo.
EL SENTIMENTALISMO DE BUKOWSKI Y LAS GILIPOLLECES DE LA CRÍTICA. Miguel Ángel Sosa.
Del blog Luces clandestinas, del escritor sevillano Miguel Ángel Sosa.
domingo, 25 de abril de 2010
CUL DE SAC
1 POEMA de Jorge Heras.
Eyaculé mi colección de muñecas de porcelana de grandes ojos azules y dorados cabellos encima de la frente negada de Manja que rehusó levantar andamiada a mi pesadilla viva
Besé a Manja y había gusanos en mi boca y había gusanos en su boca.
Inacabado.
sábado, 24 de abril de 2010
LA MÁS BELLA ANDA: Hoy en Madrid.
LA MÁS BELLA ANDA es una nueva edición de nuestra revista experimental La Más Bella, que calza alrededor de 80 colaboraciones aportadas por artistas y creadores de más de una docena de puntos cardinales (Madrid, Lisboa, Beijing, Santiago de Chile, Valparaíso, Berlín, Caracas, Maracaibo, Luxemburgo, El Cairo, Riga, Sao Paulo, Brasilia, Estados Unidos, Irlanda…), agrupados dentro de una estupenda zapatilla deportiva customizada (sólo una), metida en una no menos estupenda caja de zapato.
No olvides traer pintadas las uñas de los pies.
Diego Ortiz & Pepe Murciego
LA MÁS BELLA es un proyecto de reflexión, acción y experimentación en el mundo de la edición de arte contemporáneo, que impulsa y realiza proyectos artísticos específicamente pensados para ser editados por canales y métodos alternativos al mundo editorial convencional.
TATE MODERN by Silvia Rodríguez.
Cerveza en el bar de cristal, el Támesis nos aguarda aún más helado.Cruzanos el Millenium Bridge. Todo es transformable.
Si el proceso creativo en la artes coincidiese en ritmo con el de las ciencias tal vez estarían aquí y ahora LAS VACUNAS INEXISTENTES.
Al día siguiente me despertó la bota dorada de Elvis.
LET'S GO R'n'R
http://mikbaroblog.blogspot.com/2010/04/conservas-graficas-edicion-de-obra.html
http://conservasgraficas.blogspot.com/
Ilustración & diseño
www.mikbaro.com
viernes, 23 de abril de 2010
GENERACIÓN BLOGUER: Hoy en Madrid.
El libro, prologado por José Ángel Barrueco, viene acompañado de un DVD de Patty de Frutos e incluye obra inédita de Silvia Oviedo, Ester García Camps, Gloria Gil Romera, Déborah Vukušić, Lucía Fraga, Ana Vega, Nuria Mezquita, Ana Pérez Cañamares, Cristina Morano, Inma Luna, Begoña Paz, Isabel Bono y Lola Lugo.
Nota mental. Anna-Lisa Marí
habrá que lavar las sábanas de nuevo
Pablo García Casado
besar sin fuerzas,
posar los ojos en
la vela de la esquina;
repetir tu nombre
para mis adentros
de media cada
tres segundos y medio,
guardar silencio
-o gemir lo justo-
sentir el cuerpo pesado
y sin ganas de bailar,
convencerme,
casi llegar,
mentirme,
ignorar tu foto
que me mira
desde la mesita,
cambiar de postura,
forzar un leve jadeo,
girarse, volverse,
desviar la mirada y encontrarme
con las manchas
que sembraste
hace unas semanas.
mientras acaricio la cara
de alguien que se parece mucho a ti,
pienso
que habrá que lavar las sábanas de nuevo.
Anna-Lisa Marí nos manda desde Mallorca este poema y la dirección de su estupendo blog. ¡Bienvenida a Hank over!:
http://lesaspirinesdelexili.blogspot.com/
1 poema de Charles Bukowski
cara rubicunda
Texas
cierta edad
está en un hipódromo
de L.A.
anda charlando con
unos compadres.
es la 4ª carrera
y está por
marcharse:
“bueno, adiós,
amigos, y que Dios os bendiga,
nos vemos por aquí
mañana…”
“buen tipo”.
“sí”.
se encamina al
aparcamiento a
meterse en un coche
de 12 años
desde ahí se
dirigirá a una pensión
su habitación no
tendrá retrete ni
bañera
su habitación tendrá
una ventana con una
persiana de papel rasgada
y fuera habrá
una pared de cemento que se cae a pedazos
rociada con graffiti por cortesía
de una pandilla juvenil chicana
se quitará los
zapatos y
se meterá en la cama
estará oscuro
pero no encenderá
la luz
no tiene nada
que hacer.
De El amor es un perro del infierno. Poemas 1974 – 1977 (Visor, 2010)
jueves, 22 de abril de 2010
Video clip. Txe Peligro
Nos gusta la música porque nos gustaría que la vida fuese un videoclip. Yo siempre me relato el futuro como si así fuera: me imagino cogiendo un coche en verano y viajando al sur, sacando la mano por la ventana y dejando que sea mecida por el viento, parando en polvorientas gasolineras y áreas de servicio, colocándome una botella de horchata congelada en los cojones, sudando, con gafas de sol y buena música de fondo. El pasado también me lo imagino así, claro (porque el pasado también se imagina). A veces uno se pone una canción, se enciende un piti y se queda inmóvil en la silla, con los ojos bien abiertos, casi sin parpadear, moviendo apenas el brazo para llevar, a cada rato, el cigarro a los labios, después al cenicero rebosante. El poder evocador de la música no tiene parangón, tan sólo es comparable con el de algunos olores, así que en ese momento uno no está mirando a ninguna parte, ni siquiera al aire que tiene delante, sino que está recordando todo lo que la música le trae a la cabeza, pero no en una narración continua como una novela, si en no imágenes entremezcladas, cortadas y editadas como en un videoclip, porque así se presentan los recuerdos, sobretodo cuando son arrancados del centro del cerebro por canciones, y porque además lo recuerdos son ficción, como los videoclips. También cuando uno se pone los auriculares y sale a caminar, entonces uno está en un video, yo soy de los que de pronto me sorprendo en el reflejo de los escaparates dando brincos con el subidón de turno, o cabeceando violentamente en el vagón metro al ritmo de un riff de guitarra descerebrado, no puedo evitar bailar cuando camino, ni ir canturreando, por eso me miran raro, porque quiero, como todos, que mi vida sea un videoclip.
Del blog de Txe Peligro (Sergio C. Fanjul) Planeta imaginario
PETTER MOEN. DIARIO
La soledad resulta especialmente dura los domingos por la tarde. Pienso a menudo en mis amigos más jóvenes –¿cómo se las apañarán solos? Quizá la juventud tenga más paciencia que yo. La celda de aislamiento ya es dura –pero además están los castigos añadidos que la convierten en una verdadera prueba de carácter. No fumar – no beber – no tumbarse en la cama – no mirar por la ventana – no sentarse ni tumbarse en el suelo – no sentarse a la mesa ni en la cama – no escribir ni dibujar ni montar jaleo – no recibir ni enviar cartas o paquetes. Todo esto y cualquier otra cosa que se me pueda ocurrir para hacer pasar el tiempo está prohibido. Hace más de una semana que pasé 15 minutos al aire libre.
[Traducción de Cristina Gómez Baggethum]
(Extraído del blog Escrito en el viento de Jose Angel Barrueco)
Y aquí un video sobre Petter Moen, donde se puede ver el manuscrito original, imágenes de la cárcel, del propio autor... Muy interesante.
miércoles, 21 de abril de 2010
23 DE ABRIL: FNAC. PRESENTACIÓN DE LA MANERA DE RECOGERSE EL PELO. GENERACIÓN BLOGGER
AUTORAS recogidas en el libro por David González: Silvia Oviedo, Ester García Camps, Gloria Gil Romera, Déborah Vukusic, Lucía Fraga, Ana Vega, Nuria Mezquita, Ana Pérez Cañamares, Cristina Morano, Inmaculada Luna, Begoña Paz, Isabel Bono y Lola Lugo. Incluye dvd con vídeos de Patty de Frutos.
HOMBRE NO ACUÁTICO. Estelle Talavera Baudet
Es alentador tenerte,
ver tus dos manos al timón
prendiendo el lazo complicado
que ancla
el barco
al cielo
en plena tormenta de aleteos.
Es alentador conservar la calma,
tener branquias cuando sumerges
nuestra historia bajo el agua.
Espera, apagaré la luz.
Suena música cada
vez más cerca.
Logro respirarte, a ti y a tus ojos
de aguas picadas.
El mar rompe a los pies de la cama;
un pez cogió mis gafas.
Tal vez no veía bien...
qué alentador que vea,
que no tropiece en tus zapatos,
que sepa
esquivar las puertas semiabiertas
de esta casa.
Te duchas en pleno pasillo
bajo estas aguas tibias.
Yo tengo tiempo de verte,
de querer tus caderas,
tu sexo,
de aplaudir las aguas,
las versiones apagadas de las notas
en este último revuelo.
Todo es querer. Y yo quiero.
Hoy lo he logrado, soy pez de agua dulce
que sala las comidas insípidas
al lado
de tus aletas de hombre disfrazado.
Te imploro traerte aquí la superficie.
Perdí el trabajo no acuático,
el calor de las aceras,
el teléfono que flota,
su cable enrollado,
extenso.
Tu resoplido resultó ser una
gran burbuja saliendo de tu boca.
Estás gracioso aquí abajo,
hombre no acuático.
Estás gracioso fuera de contexto
junto a mis escamas.
No has perdido tu seriedad conmigo,
pero sí el sonido de tus pasos
y el rozar de la sábana
en un mal sueño.
Estás gracioso,
hombre fuera de tierra.
Tus ojos buscan ventanas
en esta pecera llena
de distracciones.
Mira qué piruetas hago,
qué serenidad de calma acolchada,
de usurpador de pesadeces
y tormentas de acero.
Aún no sabes respirar,
hombre no acuático,
bajo mis aguas.
De su libro 27 paraguas
http://27paraguas.blogspot.com
martes, 20 de abril de 2010
UN CUENTO DE FRANCO DIMERDA
—¿Hola?
—¿Franco DiMerda? —me responde una voz femenina al otro lado de la línea.
De inmediato intuyo quién es, qué es lo que quiere y qué es lo que va a suceder en las próximas horas. Su putamadre. La misma rutina de siempre.
—Puede ser —respondo desganado.
—Tienes un trabajo en una tienda de muebles en la Moncloa a las diez en punto. Pagan ocho euros la hora y son cuatro, hasta las dos. Pero antes, ya lo sabes, tienes que pasarte por aquí a firmar el contrato y a recoger las boletas.
—¡Pero si son las nueve y media! No voy a llegar a tiempo —digo, a pesar de saber de antemano la respuesta.
—Entonces llamaré a otro.
—¡No! ¡No! Vale. Iré. Necesito el dinero.
Putas ETT. Siempre me llaman para curros urgentes. Y si les fallas, nunca vuelven a llamarte. Yo nunca he fallado. A todas sus mierdas siempre les he dicho que sí. Saben que no tengo empleo, pero lo peor, saben que nunca les digo que no. Soy una zorra.
Quince minutos más tarde estoy en la ETT. Queda en el centro.
—Hola, María —saludo nomás entrar. María (en Madrid el ochenta por ciento de las mujeres se llaman María) es consultora de la ETT y también anoréxica (como el noventa por ciento de las madrileñas). Ella, por supuesto, cree que así está más atractiva.
—¿Otra vez vienes vestido así? —me dice.
A María no le gusta mi aspecto. Como tampoco al cien por ciento de la capital.
—Es que el vestido de mi madre me quedaba un poco chico —respondo.
—La semana pasada una empresa de telefonía muy importante me llamó pidiéndome un joven para cubrir un puesto de conserje. Ofrecían contrato fijo, Seguridad Social, tres pagas extras al año y un bonito uniforme color rojo. Era un buen trabajo ¿sabes? Pensaba llamarte, pero cuando recordé tu cabeza pelada, tu barba mugrienta y tus harapos negros como un zombi roñoso, decidí llamar a otro.
—¿Dónde dices que queda la tienda de muebles?
María me alcanza el contrato. Cojo un boli y firmo. María me da las boletas y dice:
—Veintiséis de Alberto Aguilera. Tienes que llegar en diez minutos.
—¿Sabías que esa pequeña costra que tienes sobre la ceja izquierda te queda muy sexy?
—Te quedan nueve minutos.
Salgo corriendo de la ETT. Volteo y, antes de perderla de vista, logro ver a María examinándose la ceja en un espejito de mano. Después de eso, lo más probable es que no me llame en un mes.
A los ocho minutos estoy en la tienda de muebles. El metro vuela, dicen. Eso es falso. Cuando uno está hambriento, las piernas se convierten en las llantas de un Porsche y el culo en el tubo de escape de un Ferrari.
—Hola —les digo a dos tíos de mono azul que están descargando muebles de un camión. El vehículo está aparcado justo delante de la tienda.
—No me digas que tú eres el chico que envía la ETT —me dice uno de los cargadores. Es bajito y cabezón. Y con el mono azul parece Doraemon.
—Sí —respondo.
—Jodeeer, jodeeer… —dice Doraemon negando con la cabeza— El jefe no te va dejar ni que toques los muebles.
—¿Y eso, por qué?
—Mejor sería que te fueras —me dice su otro compañero que es más alto y tiene la cabeza en forma de pepino.
—Ni hablar. Antes me tiene que firmar las boletas. ¿Dónde está?
—Dentro de la tienda —responde pepino.
Entro a la tienda y me encuentro con un tío de unos cincuenta años, bien conservado, cachetes de nalgas y colorado como la punta de una polla erecta. Tiene un parecido a Bill Clinton. Está moviendo un sillón y no me ha visto.
—Bill. O que diga… ¡Hola!
Bill alza la vista y me ve. Yo continúo hablando.
—Me llamaron de la ETT. Me dijeron que necesitaban un ayudante en esta dirección. Así que… aquí estoy.
Bill abre la boca y se queda petrificado. Con la boca así, totalmente abierta, el tío ya no parece Clinton si no Mónica Lewinski.
—¿Qué es lo que tengo que hacer? —pregunto— ¿Ayudar a esos tíos a descargar el camión? ¿O quizás echarte un cable con ese sillón?
Me acerco a Bill e intento mover el sillón que antes estaba moviendo.
—¡Déjalo! —me grita Clinton saliendo de su letargo— ¡No toques nada! ¡Vete!
—¿Irme? Pero si recién llego.
—¡Me da igual! ¡Yo puedo solo! ¡Vete!
—¿Y mis boletas? Necesito que me las firme. Cuatro horas fue lo que me dijeron.
—¡Dámelas!
Le doy las boletas. Clinton las coge, se sienta en el sillón que antes movía y las firma con mano temblorosa.
—Y toma diez euros más —me dice sacando el dinero de su billetera—. Ahora, por favor, vete.
Mientras salgo de la tienda, escucho claramente tras de mí sus sollozos.
—¿Qué le pasa a ese tío? ¿Está loco? ¿Por qué está llorando? —pregunto a los cargadores del camión nomás salir.
—Es una larga historia —me dice Doraemon—. Hace como treinta años, el jefe se casó con una chica muy guapa y tuvieron un hijo. Fue en el tiempo en que inauguró su primera tienda. Una boutique de ropa muy elegante en la Calle Serrano. Bueno, resulta que un día el jefe jugaba con su hijo en la boutique y un asaltante entró y disparó, matando al niño…
—Y el asaltante se parecía a mí.
—No. Déjame continuar. Decía que el asaltante entró y mató al niño. Eso le dio al jefe la idea de poner también un negocio de servicios de seguridad. Todo iba muy bien, hasta que su mujer se fue con otro tío. Un gilipollas…
—Y ese gilipollas se parecía a mí.
—No. Era un viejo gilipollas. Pero tenía un gran coche. Así que al jefe se le ocurrió también incursionar en el negocio de la compra y venta de coches usados. Fue uno de los pioneros en España y le iba que te cagas. Hasta que un día, mientras transportaba a su madre en uno de esos coches, un imbécil se cruzó en su camino y el jefe se estrelló en el portal de un edificio. Su madre murió en el accidente.
—Y ese imbécil se parecía a mí.
—No. Para nada. Lo que ese imbécil hizo fue que el jefe se fijara mejor en los edificios. Así que decidió incursionar también en el negocio inmobiliario. Ahora el jefe es dueño de docenas de pisos y de otros tantos locales comerciales en todo Madrid. Como esta tienda de muebles, por ejemplo. También es suya.
—¿Y yo que pinto en todo esto?
—El jefe —me dice ahora acercándose y con voz muy baja el cabeza de pepino— siempre quiso ser, de joven, cantante de rock. Como los Black Sabbath o los Led Zeppelin. Ya sabes. Andar con esas barbas largas, todo guarro y apestoso. Pero nunca pudo. Se le pasó la edad. Y por eso ahora, cada vez que ve a alguien como tú, le haces recordar su desgracia.
Son las diez y cuarto y estoy otra vez en el metro rumbo a la ETT para entregar mis boletas firmadas. Y me siento pésimo. Habiendo gente como ese jefe con problemas tan graves, ¿cómo se me ocurre pensar en comida? Soy un puto egoísta insensible.
Hoy comeré bocadillo de tortilla.
___________________
¹ “Worm Infested”, título de una de las canciones del álbum “Worm Infested” del grupo Cannibal Corpse.
² Grupo norteamericano de Death Metal.
³ Mote del vocalista de Cannibal Corpse.
Los grandes tiburones. JOSÉ DANIEL ESPEJO
Nosotros que quisimos entregarnos
a la Teoría de la Literatura, recorrer
el prodigioso siglo XX en las obras tenaces
de formalistas, marxistas, o deconstructivistas,
etcétera etcétera henos aquí
rodeados de tiburones. Mira, fíjate,
una metáfora, dice alguien. Pero qué va:
los tiburones son reales.
De Música para ascensores. Premio Internacional de poesía Antonio Oliver Belmás 2007
EL MARINERO CIEGO Y LAS SIRENAS. JOSU ARTEAGA.
Marinel Itsua eta Itsasneskak
Miopía y Astigmatismo | Vídeo MySpace
lunes, 19 de abril de 2010
Balada de un hombre solo. José Luis Moreno-Ruiz
Por lo demás, aquí se pueden oír algunos de sus Rosa de sanatorio, de Radio 3, mítico programa también desaparecido. Los salvó algún oyente. Tal vez no estaría de más que alguien hiciera lo mismo con el blog, antes de que sea demasiado tarde. P.
PARADOJAS DE CHARLES. Alexander Vórtice
Cuentan, a modo de anécdota que casi es leyenda, que cierto día el escritor Charles Bukowski se encontró mal, con problemas de salud, quiero decir. Acudió al médico, no sin antes meditarlo muy detenidamente, y tras una revisión minuciosa, el doctor acordó recomendarle que dejase la bebida, un vicio diario en el escritor, y que de no ser así, aseguró el doctor, su hígado “reventaría en mil pedazos con tan sólo tomarse una única copa de vodka más”. Después de esto, la disposición del siempre pesimista Charles fue asombrosa, a la vez que sumamente decadente, pues se dijo a sí mismo: “Me tomaré varias copas, y dejaré este mundo desalmado que tanto nos envenena”. Y fue lo que hizo nada más llegar a su pensión de mala muerte: bebió y bebió, copa tras copa, día tras día, hasta el punto en que esto continuó así durante más de treinta años desde el encargo médico, que fue cuando finalmente murió el decepcionado y sorprendido poeta maldito, no sin antes convertirse en un mito, en uno de los poeta norteamericanos más acreditados e imitados de todos los tiempos. Paradojas de la vida, me dije yo al conocer esta historieta, extravagancias de la vida que se ríe de nosotros, a veces, de una manera tan prodigiosa, que hasta produce aversión y risas. Presumo que este acontecimiento también fue hondamente decisivo para la extensa obra del poeta y novelista, una obra decrépita, singular, borrachina y, a su vez, no carente de contradicciones y realismo trascendente. Viene a cuento esta historia que realmente no sé cuánto posee de aautenticidad, pero que bien sabemos que podría ser irreprochablemente cierta, a las vueltas, los giros y los contrasentidos rotundos que en ocasiones da la vida que nos ha tocado vivir; a veces estás ahí, paralizado como un pato-momia, en el estanque, sin esperanza y sin ganas de nada, y es entonces cuando sucede algo que rompe de manera absoluta esa quietud, esa desidia. Tal vez eso lo más asombroso de la existencia: el saber que el que resiste, vence. La vida complaciente que nos otorga la actual sociedad en la que sobrevivimos nos dice lo contrario, nos hace pensar, de manera directa o indirecta, que hay que vivir el momento a base de disfrute constante, sin decirnos que las cosas buenas, las que sí valen la pena, suelen venir de manera pausada, con tiempo, también con angustia, y que incluso, para conseguirlas, tenemos que mostrarnos invariables, y ceder cosas de nosotros mismos que jamás hubiéramos deseado ceder: “El que algo quiere, algo le cuesta”, que se suele decir prosaicamente para explicar este tema. Porque, si se lo preguntan detenidamente, ¿qué hubiera sido de la hegemonía literaria de Charles si su médico hubiera estado en lo cierto?
Artículo aparecido en Diario de Pontevedra
domingo, 18 de abril de 2010
LA EFÍMERA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES by Joaquín Piqueras
que depositan su olvido
en la frígida esperanza
de no haber nacido,
en la esterilidad inerte
del hombre que se sabe cadáver
por no vivir lo suficiente
y que se sabe hombre
por no saber aguardar su muerte.
*
that place their obscurity
in the cold hope
of not having been born,
in the lifeless sterility
of a man who knows he is a corpse
for not living long enough
and who knows he is a man
for not knowing how to await his death.