domingo, 30 de abril de 2023

BARBARIE por TOMÁS RIVERO



Este hombre perdido entre la verdad y el deseo, la mentira y el éxito, este hombre. Este hombre domesticado en las alcobas del capitalismo salvaje. Este hombre agradecido de estómago. Este hombre sin fuerza en el clítoris, sin ánimo en el pene. Este desnudo hombre que nunca camina sobre las aguas por falta de güevos. Cojones categóricos. Por falta de ánimo, por falta de verso. Por falta en el traje, por falta en la lengua. Este hombre que no sabe subir a los árboles. Este traidor redundante que traiciona al hombre, que vendió a su especie por un puñado de mijo. Esta mierda de hombre. Estas jaulas. Encerrado en su torre. Sometido al jardín, colecciona pétalos. Esta mierda de hombre, que pasea su verdad por la ciudad, por el entramado crucial de sus desastres. Este norte perdido. Esta puta barbarie. Este hasta dónde. Qué pena saber a dónde vas. Hombre.

Tomás Rivero


viernes, 28 de abril de 2023

ACUÉRDATE, CORAZÓN por ISABEL MARINA



Acuérdate, corazón,
de que nada es lo que parece,
y, cuando estés a punto de llegar a la otra orilla,
de que hubo quien te quiso.
Se parecerá a este sol de hoy el día,
y después se quedarán los pájaros cantando,
pero serán tus últimas horas,
y entonces se te revelará la verdad.

No puede haber sido todo en vano,
no puede ser esto que vivimos,
una copia poco fiable de la realidad,
lo único que tenemos.
Y el recuerdo de haber llorado,
y el sufrimiento estéril,
tan estéril como la propia vida.

Acuérdate, corazón,
de que un día llegarás al final,
de que hubo quien te quiso,
y no sigas despilfarrando
las horas que te quedan
en pergeñar razones,
absurdas razones
que no llevan nunca a nada.

Isabel Marina


martes, 25 de abril de 2023

ONDAS LENTAS por ROBERTO RUIZ ANTÚNEZ



He leído en alguna parte que los elefantes marinos del norte caen en una espiral del sueño hacia las profundidades del océano. Apagan la mitad de su cerebro y descienden en un sueño “unihemisférico” hacia lo desconocido.

No se me ocurre una metáfora más terrible y más hermosa de Castilla. Hoy caemos y caemos en un letargo lentísimo de pinares y trigales. Caemos hacia lo insondable, hacia el cielo trágico de los campesinos muertos.

A Castilla la insuflan el aire impostado del que agoniza. A Castilla la desnudan (la desnudamos) la orografía de su propio calvario. A Castilla se la esconde la identidad y ya casi no respira.

Esto podría acabar así pero necesitamos a los elefantes marinos. Primero pasan por un sueño de ondas lentas, luego a la fase REM mientras esquivan tiburones y orcas, y la parálisis del sueño hace que queden panza arriba como desmayados en una espiral onírica. Pero siempre despiertan y suben a la superficie en diagonal. En el poema por muy negras que se pongan las cosas siempre hay una claraboya. Alguien filma un plano cenital y le importa una mierda que haya o no una historia que contar. La vida se filma a si misma. No vamos a tapiar las metáforas ni la claraboya donde se asoma el ojo de un dios estrábico. Nosotras No queremos y no sabemos. Nos pondremos de pie una y otra vez. Lloraremos sobre el recipiente amarillo de la sequía y pondremos en órbita a los que dijeron ser y resultaron ser nada. Erigiremos un rectángulo negro en el corazón de la meseta y esperaremos la llegada. Nosotras que despreciamos la huida. No vamos extirpar el corazón sano de las dulzainas. No vamos a cortar las raíces que nos sostienen y nos iluminan. No quedan muchas oportunidades pero Castilla volverá a levantarse...

Roberto Ruiz Antúnez


domingo, 23 de abril de 2023

RODAJE por MAICA BERMEJO MIRANDA



Años de rodaje han necesitado mi piel
mis entendederas, mis neuronas.
Años de contactar, entender, palpar
aprender, digerir, procesar.

Camino de conocimiento gradual
lascivo, interior, emotivo, intelectual
terrenal, mundano, diferente a mí.

Diferente a la esencia de la cual
yo me componía:
frágil, emotiva, palpitante, sensual
crisálida transparente, vulnerable.

Años de discernir, descomponer
fragmentar, calibrar, sopesar
lo que esconde un ser humano
detrás de la fachada que muestra.

Coraza de autodefensa.

Años de rodaje por senderos de vida
acumulando experiencias.

Dosificando pareceres, cuestionando
separando la paja del trigo
cayendo y levantándome una y otra vez.

Años de rodaje, como un coche de estreno
suavizando las marchas
reteniendo velocidades, observando el paisaje.

Sin ese rodaje, mi amor, sin ese entreno
no habría sido posible haber llegado hasta aquí.

A este presente continuo que desenredamos
cada día, ladrillo a ladrillo, paso a paso
tropiezo y esperanza conjugados en el verbo querer.


Maica Bermejo Miranda,
del blog Luces y Sombras.


viernes, 21 de abril de 2023

VOSOTROS, EL PUEBLO - POEMAS ANTISOCIALES: López Vilas.



“Hombres destruidos, apesadumbrados finiquitados desmembrados, borregos numerarios del inframundi”.

De eso, en definitiva, va este poemario que abrasa como el fuego del mismísimo infierno, no te quiero engañar. Ni, por descontado, él tampoco. Lo comprenderás en cuanto leas el poema con el que abre el libro, y lo irás corroborando a medida que sigas leyendo, hasta que te duelan en todo el cuerpo sus golpes.

Es lo que hay, un mundo salvaje y podrido, despiadado y feroz, la humanidad y el almuerzo al desnudo, con sus lepras y úlceras a flor de piel, y así nos lo ha contado El Lobo, te guste o no, lo disfrutes o sufras (según tu punto de encaje, que diría Castaneda), es lo que hay: “estos cuadernos negros, enfermos de oscuridad”.

Vicente Muñoz Álvarez


jueves, 20 de abril de 2023

miércoles, 19 de abril de 2023

PUTAS OS QUIERO: Hernán Migoya.



«En 2003, ‘Todas putas’ causó un revuelo descomunal al contener relatos cómicos con cuestiones muy serias. PSOE y CIU presentaron en el Parlamento Europeo una moción de censura para que el libro fuera prohibido (sin conseguirlo, afortunadamente). ‘Todas Putas’ y su secuela ‘Putas es Poco’, fueron obras tachadas erróneamente de hacer apología de la violación y de la pederastia.

Ahora, Dolmen Editorial reedita ambas obras y lanza además un tercer volumen con nuevos cuentos sátiros y satíricos: ‘Putas os quiero’. Veinte cuentos de Hernán Migoya donde se repasan con humor la eterna guerra de los sexos y el panorama actual de relaciones moralmente aceptadas que, entre nuevos avances (una sexualidad mucho más diversa y tolerante) y viejos retrocesos (un concepto gubernamental puritano y casi victoriano del sexo), deja el asunto casi igual que estaba: no sabiéndose cómo lidiar con el antagonismo que parece marcar la relación entre géneros.

En esta nueva entrega, seguramente la mejor de todas, con un lenguaje ácido y directo “marca de la casa”, Migoya desentraña tabúes y prejuicios con una nueva andanada de relatos que van de la sátira a la fantasía e incluso el terror: un violador que pretende convencernos de que un “no” no es “no”; un presentador de telebasura que cree que adoptando un bebé negro quedará redimido de todos sus atropellos y vilezas diarias en los platós; un panoli español que acaba seducido y violado por su suegra latina; un niño que se venga de su profesora «pidiéndosela» para su cumple; un hetero que termina enamorado de una transexual porque la encuentra mucho más femenina que la «nueva mujer»…

¿Somos una sociedad libre o no? Para Hernán Migoya (que posa como modelo en las tres portadas, dejando claro que el autor sabe reírse también de sí mismo), solo la ficción nos hará libres. Únicamente la ficción nos permite explorar todos los tabúes y represiones que se están imponiendo en este nuevo modelo que el progresismo ha tomado a pies juntillas del conservadurismo puritano estadounidense. En la ficción (todavía) se puede debatir, mientras la realidad impone un mundo que ya no lo permite.

Frente a la estulticia y el fanatismo, siempre nos queda la opción de leer: leamos ahora ‘Putas os quiero’, luego opinemos…

Antes de que lo prohíban».

lunes, 17 de abril de 2023

LA POESÍA COMO MATERIALIZACIÓN DE LA EXISTENCIA por PABLO MALMIERCA



El ya de por sí amplio universo literario de Vicente Muñoz Álvarez se ve agrandado por su último libro de poemas, La poesía es un arma que carga el diablo. Un libro que se caracteriza por hacer santo y seña de la Verdad como bandera de identidad; digo Verdad con mayúscula porque para el autor leonés queda claro que lo importante es hablar sin tapujos de las taras de nuestra sociedad: políticas, educativas, sociales, vitales e incluso las poéticas. Es difícil encontrar un o una poeta que se arriesgue, sin miedo a perder lectores o a ganarlos, a diseccionar el mundo que nos está tocando vivir de una manera tan clara, con un lenguaje directo, próximo al aforismo, que en un ejercicio de decantación cada vez mayor de su poesía ofrece la Verdad desnuda, vital, pero también social y política.

Nacho Escuín, en el prólogo que tan acertadamente ha titulado “Poesía contra la hipocresía”, en un guiño hacia el gran poeta ético del siglo XX, Claudio Rodríguez, dice: “… la honestidad «Siempre es un don» como diría Claudio Rodríguez, otro poeta de los de verdad, y al mismo tiempo una responsabilidad y una pesada carga que el poeta porta”. Con estos mimbres Vicente nos ofrece un tríptico que avanza desde los tiempos de la pandemia hasta las más recientes pérdidas de personas muy queridas para él: Rodrigo Córdoba y David González. En ocasiones, se ha etiquetado a la poesía de nuestro autor como autorreferencial, pero siempre va un paso más allá: tomando como centro su propia experiencia, a modo de microcosmos, la expande hacia el macrocosmos de nuestra experiencia vital, la de todos. Una visión que a muchos puede incomodar, pero que no nos debería dejar indiferentes a ninguno de nosotros.

El libro se abre con “Primavera sin luz”. Aquí la experiencia del confinamiento, que se define como: “días sin huella / lágrimas que anegan / nuestro corazón”, se hace más llevadera gracias al amor, que es visto como un grito de libertad frente a los hogares que en el libro se convierten en “celdas”, una experiencia que nos ha convertido en muertos en vida. En este lugar quiero marcar un espacio que nos define y en este libro se abre como hábitat necesario: el “entre”. Con este concepto me refiero al lugar que por ejemplo llena el amor entre dos personas o que se marca como muerte en vida o vida en la muerte en los siguientes versos: “yo estoy vivo / y vosotros / estáis muertos /… / o era al revés / yo estoy muerto / y vosotros / estáis vivos”. Sin embargo, esta visión que parece personal se abre hacia lo político y lo social, con críticas hacia el sistema que abocó a lo privado a la crisis y que nos confinó a todos en “celdas”. La solución la ofrece la dicotomía que marca la obra de Vicente, que no es otra que la ensoñación de la literatura frente a la desilusión de la vida. En este libro las antítesis, casi siempre relacionadas con el dos en el resto de su obra, se abren hacia el número tres, pues serán tres los elementos que ofrezcan estos juegos de opuestos: “… la desilusión / el desencanto / la angustia /… / el sosiego / la magia / la ensoñación”. Pero si hay una novedad formal destacable en este texto es la estructura del poema abierto; muchos de los poemas se cierran con un interrogativo que deja al lector y a la voz poética expectante por el futuro: “a ver / me pregunto / qué sale de ahí”; pero también como invitación ética a la acción, como en el poema “La conciencia es una enfermedad”: “hacer bien / las cosas / en la vida / … / y los demás / me pregunto / qué”. Esta apertura que enriquece al poema y a la propia poética del autor lanza el poema hacia el futuro lector creando ese “entre” al que me refería con anterioridad, se obliga al lector a contestar, aunque sea inconscientemente a esas preguntas, y ese movimiento ocupa ese lugar específico que existe entre las personas y que sólo la ética puede ocupar, un moveré que nos impele a actuar si es que todavía queda en nosotros algo de empatía por los demás. Esta empatía es otro de los temas fundamentales que gravitan sobre el libro; en “Remember” encontramos los siguientes versos, que la voz poética pone en boca de sus padres: “las becas / las ayudas / las prestaciones / las subvenciones / son para los que / las necesitan”. La acerada crítica sigue con referencias a la manipulación mediática en la que nos encontramos insertos, la mentira en la que vivimos instalados, el autor diferencia “la palabra” de “el ruido” en el poema “Reina el caos”. Encontramos frente a estas nuevas formas de poetizar lugares comunes en la poética de Vicente, como el desplazamiento de la voz poética respecto a su lugar en el mundo, ese sentimiento de no pertenencia que tantas veces se apunta en su poesía, en “Títeres”: “hay piezas en él (mundo) / que no encajan / seguramente yo /cuál es mi sitio”. Aparece una solución cercana al pensamiento libertario, anarquista, antisistema, fruto de esas mentiras y ese engaño continuo, en el poema “Presión”: “lo que te mete / el Sistema / en la sangre /y el corazón / qué daño hace”; sin embargo, hay soluciones como el amor, la ensoñación o la literatura que aparecen en forma de luz “disipando / las tinieblas”.

La segunda parte, “Bosque de Weir”, ahonda en la crítica política y social, que amplía hacia la poesía social y su función en la sociedad. Se abre este bosque con un poema foucaultiano, donde la metáfora de la casa como cárcel se hace extensible a los medios de control del estado, en este caso la escuela que aquí se identifica con “presidio” o “celdas”, donde “los curas” educaban con “las amenazas / los castigos / los deberes” . La voz poética se rebela contra ese sistema y el control que ejerce el “Poder”, se augura una sociedad “que agoniza / con distintos bozales” a causa del miedo. Una sociedad donde las personas nos hemos convertido en “la mercancía” que mueve el mercado libre. La única solución es ir contracorriente frente a, como nos dice el poema “Giallo”: “hipocresía / todos los colores de / la oscuridad”. Vivimos una distopía en la que el “deber / como poeta / es contarlo”, por tanto, poesía de denuncia, que como dice el libro es su deber denunciar “lo injusto y aleatorio / de cada sistema”. Frente a la hipocresía del positivismo impostado “rebelarse contra / un sistema de Poder / o contra todo / sistema de Poder / sin ataduras”. Incide en la vacuidad de las formas de relacionarnos por medio de las redes sociales donde todo es impostura, por ello el lugar del poeta es “al filo de la navaja / bajo el volcán/ … / frente a la mansedumbre / contra el adoctrinamiento / frente a la conformidad”. Siempre hay esperanza frente al adoctrinamiento que se define como “pienso / para las bestias”. Termina esta segunda parte con un claro “dejadnos ser” que defiende el individualismo como solución, “tierra de nadie / mi único reino”; ese “entre” como único lugar donde el individuo se puede desarrollar fuera de manipulaciones y mentiras.

Se cierra el libro y este tríptico con “La poesía es un arma que carga el diablo”. Vicente mete el dedo en la llaga de la poesía, plantea dos caminos “para evadirnos / para anestesiarnos / para complacer “; o bien “para conocernos / para interrogarnos / para comprender”. Tampoco se olvida de los críticos literarios que tantas carreras han cercenado con sus valoraciones. Sin olvidar a todos los poetas anónimos que el canon ha dejado de lado. Para ofrecernos su propia poética donde la vida y la poesía se confunden, una poesía de la luz que “ilumina / o abrasa”, con sus exigencias y sus dudas, que pueden llevar al artista a su propia destrucción; en el poema “Cómo puede destruir el arte los artistas” leemos: “cómo se aíslan / obsesionan / y distorsionan / sus vidas / hasta / la extenuación / y el caos / por qué “. Como dije al principio, en esta parte se habla de los amigos desaparecidos, de aquellos que en otras ocasiones Vicente ha denominado “perros de lluvia”, David González y Rodrigo Córdoba, que aquí tienen su merecido homenaje.

Debo señalar que este libro además de expandir la poética de Vicente Muñoz Álvarez con el uso de poemas abiertos y la ampliación de las antítesis hacia el número tres, se caracteriza por la creación de ese lugar “entre” que todos deberíamos buscar y que nos podría definir en lo personal, “ese lugar / dentro de mí / que lo ilumine todo ”, ese poema, “la trinchera / y la guerra / la sangre / y el corazón / justo en el medio / el poema”. Pues esa es la búsqueda de este libro de poemas que, aunque nos ofrezca una crítica feroz de lo político, lo social, lo literario, lo humano, no es más que una búsqueda de la luz, de esa esperanza que nos permita seguir sobreviviendo a un mundo hostil, y como dice la voz poética “sigo caminando / aunque no sepa / hacia dónde / al amanecer “.

Pablo A. García Malmierca,
Aldealengua, 9 de abril de 2023.



sábado, 15 de abril de 2023

INGENUIDAD Y TEQUILA BLANCO por JOAN CASAVILA



Yo entonces era menos escéptico, más dado a los efluvios cándidos de los brebajes ancestrales y venenosos, como el anís y el bourbon y el tequila. Adoraba los iconos de la solapa frontispicia de mis libros, a ese tal filósofo de alta gama que llamaban Paquito Umbral, y a ese otro poeta de nombre solemne al que nombraban Emilio Cioran. Me desoxidaba de la tentativa de uno con el clavo oxidado del otro, y así, de tono almagre en todo almagre, cogía algo de oxígeno para campear, zigzagueante, las llanuras desbarrancadas de la mirífica noche. A veces algo me vapuleaba un poco, tras ingerir una botella de tequila y digerir liminarmente el bosquejo hembra de un rechazo incierto, corredizo, un rechazo que tenía un poco como de nube desfondada por el candilazo del alba, así que, inconcluso, pulsaba nuevamente la tecla zascandil herido y, en el organigrama blando de la barra, al camarero le pedía dos copas, una para mí y la otra contra el rechazo. Lleno de literatura y noche, y de tequila, filosofaba con el fuego etílico de la hembra las causas líricas del catre pugnaz, del tálamo contubernal, las pertubaciones sísmicas de la dialéctica cohabitativa, y me iba acercando, de oca en oca, de filósofo a poeta, siempre farfullando, farfullando para transustanciar mi sed primitiva de pasotes y descarrío de amor propio en orgasmo devoto, para extemporizar los lenguajes anacrónicos del clímax a la retórica catequizada del flirteo, de la conquista diletante, pero entonces ella se levantó, apuró su tequila y se despidió premiosa, glosó un nombre oblicuo y el número de teléfono en un trozo de papel que traspapelé luego, pero al que llamé inmediatamente, con la butaca de la chica aún caliente, y hablé con un tal Pedro, que era camionero, creo, y santo.

Joan Casavila


jueves, 13 de abril de 2023

ABRIL por MARÍA GUIVERNAU




Abrazo de viento variable
con olor a primavera,
cielo asomando entre nubes
que juegan a perseguirse,
explosión de colores
vistiendo las ramas de los árboles,
caricia de sol en las mejillas,
hambre de mar y sed de montaña,
los ojos llenos de sueños,
bajo el ombligo se despereza sutil
un animal que creí dormido,
el pecho desbocado
luchando contra la astenia.
Anoche me dormí marzo
y así amanece mi abril.

María Guivernau


Foto: Chema Madoz

lunes, 10 de abril de 2023

LA SERENA ESTRATEGIA DE LA LUZ: Luis Ramos de la Torre.




LA luz es reto y es ofrenda,
la sombra su sustento,
necesidad de cómputo.
                              Medir.

Nada parece ahora más intenso
que este ir y venir haciéndose al color y al tacto,
nada más real que su sigilo y su entrega.

¡Qué sagrado en su misterio el lugar!
¡Qué serena la transfiguración del aire!

(tensión)

*

ENTRAR en lo natural,
en la proximidad de la distancia.
Someterse a la luz
a semejanza del ojo en vilo del animal
que intuye lo liminar de las formas.

Ser otro en el orden de las cosas.
                                            Cuidar
la hermosa monotonía de la materia.

Así el arte si emerge,
                      siente y se convierte
en un secreto salvador de ausencias.

(tarea)

*

EL lugar es siempre quien propone.
Tú lo mides,
               lo observas.

Es avidez natural que no acucia, no apura,
ni altera el curso de las cosas,
                                      tiende a la mejora.

La materia te sabe.
Respira en ti.
           Te busca, te sorprende.

Tú te dejas llevar,
y ella nunca se mueve, pero influye,
rompe y abre el equilibrio aparente.

Así como la ves,
               es puro ofrecimiento.

(materia)

*

A CONTRALUZ
el sotobosque dándose.
                     El misterio,
lo natural y la materia
abriendo el sonido, su vibración.

Y la justicia albar de las hiniestas a la vista,
construyendo un sentido, un orden.

Así las grietas,
las correntías vivaces del agua
por donde a veces se encauza en su tiemblo el color.

Observas las raíces, los contrastes.
                                          Pintas.

(orden)


Luis Ramos de la Torre, de La serena estrategia de la luz (Lastura, 2023)


sábado, 8 de abril de 2023

5 POEMAS de LAS ESTREMECIDAS por PABLO MALMIERCA




RETRATO

Arena en el plato,
el pan acero,
el agua turba,
la mirada fija en las pupilas de una muñeca de trapo.

La locura asoma
ajena al paso del cometa,
una voz desde la lejanía
babosa sobre la ventana.

Vestida con los andrajos de la ira,
en una silla de musgo
busca su identidad
en el fragmento de un espejo.

La nada le devuelve imágenes
marcadas por la corrosión de la vida,
su rostro comienza a deshacerse 
entre sus manos de ébano.

Sin comprender,
atada a un mundo aprehendido,
acerca sus brazos,
la dificultad del camino.


JACULATORIA

Vivimos tiempos de pontífices falsarios,
en cada monte una herejía,
miles de profetas reescriben su historia.

Se erigen los apóstoles de la verdad absoluta
sobre cuerpos que muestran la verdad de la esperanza,
la demagogia ha inundado
sus oídos de amaneceres.

Escupen sobre ti 
palabras que murmuran obscenidades,
jaculatorias como letrinas.

Tu prédica
resbala 
sobre pieles dañadas por promesas.

Te regalan un camino que transitar,
rechazan todo de ti,
la muerte del lenguaje
es permiso de la vida.


APNEA

Vivimos el mundo pantalla
disociamos realidades
ajenos al sufrimiento
marcamos la existencia a golpes de pupila.

Nos venden
la impudicia de sus razones
para agasajar a un cuerpo
que hace tiempo no nos perteneces.

Nacemos aislados del dolor,
nos mantienen vivos
en la asepsia de la lejanía.
La velocidad nos seda
para manejarnos en la distancia de la conciencia.

En la parálisis de la apnea
buscamos respirar,
recuperar el latido,
volver a creer en el hombre.


ANIQUILACIÓN

Mi momento es ninguno,
mi voz es el silencio,
mi lugar es un cuadro sin marco,
mis manos ofrenda vacía.

La sed de mis brazos
será la voluptuosidad de la fe,
el cansancio de mis pómulos 
será el testigo de un futuro seísmo.

El temblor de mi piel
reposará en el interior de una herida,
la caída de mi cuerpo
se abandonará en la caricia del insecto.

Mi momento en ninguno,
mi queja es el eco,
mi ausencia es realidad.

La derrota del presente
será la emancipación del pasado,
el crujir de mi carne bajo tus pies
será el preludio del viento.

Mi momento es ninguno,
mi lugar tu espacio,
mis manos tu hueco,
mi voz el trueno de la aniquilación.


DICEN

Dicen que existe un bosque donde acuden los suicidas. Dicen que con sus árboles se construyen los barcos que parten hacia el infinito. Dicen que los pájaros solo cantan cuando desparece el sol. Dicen que sus caminos trazan círculos alrededor de los claros. Dicen que si regresas la claridad acariciará tu materia.

Pablo Malmierca,
de Las estremecidas
(Eolas, 2023)


viernes, 7 de abril de 2023

SIN ALCOHOL por PABLO G. BAO



está conmigo
habla conmigo
folla conmigo
y dice que me quiere
que me ama

pero añade:
te quiero sin alcohol

y te quedas pensando
y recuerdas a aquellos
picoletos que te obligaron
a soplar un par de veces

y que fuiste al juzgado
a ser juzgado
y que te condenaron
a no poder conducir
cuando el volante era
tu herramienta de
trabajo

y luego soportaste
la deliciosa humillación
del gran poeta: barrerle
suelos a la comunidad
para que no te encarcelaran

pero ella insiste: te quiero
sin alcohol

y te miras la cara en el
espejo
y no te queda otra que
darle la razón
porque ves a un borracho
indecente
a un pervertido lírico
a una cochambre

pero ella insiste: te quiero
sin alcohol

y nada importa que el
alcohol es lo de menos
que hay un pasado duro
una existencia dura, un
dolor asqueroso y muy
duro: te quiere sin alcohol

pero es una buena mujer
una mujer como dios manda
yo no merezco una mujer así
lo digo en serio

y lo entiendes

y la entiendes

y te dices: voy a comprar
una botella

Pablo G. Bao


domingo, 2 de abril de 2023

NO HAY LUGAR EN ESTE MOMENTO PARA LA DISIDENCIA



"No hay lugar en este momento para la disidencia"

Vicente Muñoz logra con ‘La poesía es un arma que carga el diablo’ su libro más político, una crítica sin metáforas de la sociedad distópica que nos ha tocado vivir.

Joaquín Revuelta /La Nueva Crónica /22/03/2023

Todavía reciente la publicación de ‘Regresiones’ (Editorial LcLibros 2022), una edición corregida y ampliada de su emblemático libro de 2015 publicado por Lupercalia, que además de ser una novela autobiográfica es también una crónica del León subterráneo y alternativo de los años ochenta que vivió una verdadera eclosión cultural, Vicente Muñoz regresa al terreno poético con ‘La poesía es un arma que carga el diablo’ (Editorial LcLibros 2023), que cuenta en el prólogo y en el epílogo con las firmas de Nacho Escuín y Gsús Bonilla, está dedicado al poeta recientemente fallecido David González y reúne la producción poética de Muñoz desde la pandemia hasta hoy. Sobre la alternancia de géneros literarios que encontramos a menudo en sus frecuentes incursiones en el mundo editorial y la distinta repercusión que sus libros pueden llegar a tener en el público, el poeta, escritor, editor y gestor cultural es consciente del carácter minoritario que siempre ha tenido la poesía, «aunque esa minoría que lee poesía es bastante más fiel que la del resto de los géneros», asegura Muñoz, que se considera en general un autor poco comercial, «escriba lo que escriba», al que nunca le han preocupado demasiado las ventas. «Como autor de poesía, tengo mi puñado de lectores y la verdad es que me he sentido siempre por encima de todo poeta. Mis textos en prosa son a veces muy poéticos. En ocasiones no sé muy bien qué formato elegir a la hora de expresarme, porque me manejo más o menos fluidamente en todos y depende del mensaje que quieras transmitir utilizas uno u otro formato. A mí me gusta mucho la hibridación de géneros. De hecho no es la primera vez que combino en el mismo libro, como por ejemplo en ‘Días de ruta’, poesía y prosa. Hay gente que me dice que mi prosa es muy poética, que mi poesía es muy narrativa, y yo creo que esto es porque soy un escritor todo terreno que me manejo más o menos bien en cualquier género y según el mensaje que quiera transmitir opto por uno u otro formato».

Como creador reconoce que le gusta simultanear todos estos registros. «No suelo estar nunca centrado en un solo libro. Yo soy un escritor autobiográfico, y entonces mi literatura se va formando a medida que voy viviendo, por decirlo de alguna manera. En un periodo de dos o tres años estuve escribiendo dos o tres libros a la vez. Uno normalmente es en poesía, otro en formato narrativo y un tercero en formato de ensayo. Entonces voy acumulando material, que a veces cambia de uno a otro libro, etc, y llega un punto en que tengo el suficiente material de uno u otro estilo literario para montar un libro. Y ahí es donde decido qué selecciono, qué orientación le doy y hacia quién lo quiero dirigir y monto los libros. Muchas veces combino en el mismo libro prosa, poesía, pero normalmente siempre suelo estar trabajando en varios frentes a la vez. Ese es mi proceso de escritura».

En el prólogo de ‘La poesía es un arma que carga el diablo’, Nacho Escuín señala que «no es un poemario fácil», a lo que su autor quiere matizar que se refiere más bien al mensaje que transmite que al propio estilo. «No me gusta la poesía ni la literatura hermética y mi obra entera es perfectamente transparente», reconoce Muñoz, para quien esa dificultad está asociada a la temática que trata. «Desde la pandemia para aquí estamos viviendo en un mundo en el que nadie en este momento quiere ser crítico con la sociedad en que vivimos. Todo el mundo quiere ser políticamente correcto. La poesía social ha enmudecido. Este es un libro realmente muy político, donde yo me posiciono no hacia ningún bando en concreto sino contra todos los bandos en general. En este sentido es un libro de poesía social y de crítica hacia el sistema, hacia el poder, hacia el Gobierno actual. Más que difícil de leer, puede ser un libro molesto de leer para gente que sea políticamente correcta», declara el autor, descontento con los tiempos que estamos viviendo. «No me gusta que me controlen, no me gusta que me impongan lo que tengo que pensar, lo que tengo que decir y mucho menos todavía lo que tengo que escribir. Entonces en este libro yo me he mojado hasta el fondo a la hora de exponer cuál es mi punto de vista, sin decantarme por supuesto hacia ninguna orientación política porque soy un poeta que he criticado en mis libros, de una forma más o menos explícita o implícita, a todos los gobiernos que han pasado por este país. He criticado a los gobiernos de derechas, he criticado a los gobiernos de izquierdas, etc. Lo que pasa es que ahora estamos viviendo unos tiempos donde parece que la libertad de expresión se ha visto muy mermada. Cualquier cosa que se dice es susceptible de censura, de alguna manera. Hay que andar con pies de plomo hasta con el propio lenguaje, cosa que para un escritor y cualquiera que se maneje con el lenguaje y con las palabras pues es muy triste realmente. Y en este sentido es en el que se habla de un poemario difícil, pero más que difícil es un libro comprometido. Lo que tiene que hacer un poeta social en cualquier momento histórico, gobierne quien gobierne», sostiene Muñoz Álvarez, para quien el hecho de que la poesía social en estos momentos haya enmudecido es una manera de sugerir que se ha impuesto la autocensura por parte de los creadores. «Exacto. Eso es lo que yo opino y de hecho no es exactamente lo que yo opine sino que es exactamente la realidad. Es curioso que a lo largo de los cuarenta años de la democracia haya existido la poesía social, en momentos dependiendo de cómo se haya gobernado al pueblo, con más o menos intensidad, dependiendo de las injusticias, de las desigualdades económicas, sociales, etc, pero siempre ha existido poesía social. Desde la pandemia para aquí sin embargo los poetas sociales efectivamente han enmudecido o en todo caso han cambiado su discurso. Han pasado de escribir una poesía clara a escribir en todo caso una poesía hermética que encubre con metáforas la realidad que estamos viviendo. Y yo he sido testigo de esto, entre otras cosas porque me he movido toda la vida en círculos y con poetas colegas del gremio que han practicado este registro y que ahora o bien han dejado de practicarlo por autocensura, por miedo, porque no quieren quedar de políticamente incorrectos, o han simplemente cambiado su forma de escribir. Entonces han comenzado a cambiar la claridad anterior de sus poemas por un hermetismo que pueda de alguna manera disimularlo», sostiene Muñoz Álvarez.

El libro está dedicado al también poeta David González, fallecido recientemente y con el que Vicente Muñoz mantuvo una larga y estrecha relación de amistad, además de ser uno de los mejores representantes de esa poesía social que ahora brilla por su ausencia, por lo que este tributo en forma de libro trasciende lo meramente personal para ir a la esencia literaria. «La conexión entre David González y este libro existe al cien por cien. David González fue durante tres décadas mi compañero, uña y carne, tanto en poética como en ideología, como en la forma de entender el acto poético. La poesía de David y la mía es muy semejante. No tanto quizás en el estilo, que también, pero sobre todo en el fondo y en la forma, pues somos poetas autobiográficos, poetas realistas y utilizando una expresión que él mismo acuñó ‘poetas de no ficción’; es decir, poetas que utilizamos nuestra propia vida y el mundo que nos rodea para escribir poesía, sin necesidad de utilizar ni ficciones ni hermetismos que puedan de alguna manera distorsionar el mensaje de fondo que queremos transmitir. Yo estaba terminando este poemario cuando David ha fallecido y el libro está dedicado a él por varias razones, por identificarme cien por cien con su poesía, por reivindicar por supuesto su figura y su importancia como poeta y de alguna manera también por dar la cara un poco por la hipocresía del mundo en que vivimos. Él mismo se denominaba un ‘poeta maldito’, que tenía una obra inmensa, más de treinta poemarios publicados, y el ‘establishment’ no le permitió nunca acceder a los circuitos comerciales, a la editoriales, a los suplementos literarios canónicos, y sin embargo en el momento en que murió todos esos suplementos, todas esas editoriales, toda esa gente que en vida le ninguneó realmente por lo incómodo de su mensaje poético, ahora se ha lanzado a hacerle tributos, lo que tanto a mí como a amigos comunes nos ha parecido bastante patético y lamentable».

Sobre el título del libro, que tiene un cierto aire cinematográfico y no poca carga de profundidad, Vicente Muñoz reconoce que quiso jugar con dos conceptos. «Por una parte, como te estaba comentando, yo soy básicamente un poeta social y este libro es más social que los anteriores que he escrito, más comprometido que ninguno. Entonces utilicé los famosos versos de ‘la poesía es un arma cargada de futuro’, pero dándole una vuelta de tuerca porque a la vez que es un arma cargada de futuro –un arma para transformar de alguna forma la sociedad– también es un arma por supuesto para criticarla. La carga el diablo en el sentido de que las balas pueden ir dirigidas a ciertas dianas en concreto del poder, como es el caso, pero también en un doble sentido porque aparte de hacia dónde pueden dirigirse las balas hacia afuera, las balas, la pistola o la bomba puede explotar en las manos del propio poeta. Cómo ciertos escritores que se comprometen demasiado, que escriben una poesía incómoda, una poesía no complaciente, se han visto de alguna forma mediatizados y hundidos por su propia poética».

‘La poesía es un arma que carga el diablo’ es un libro que puede decirse que es la antítesis de ‘Regresiones’, la anterior publicación de Muñoz Álvarez. «De hecho son como la cara A y la cara B de la misma realidad. Yo escribí ‘Regresiones’, que es un libro digamos optimista, como un ejercicio de nostalgia y de rememorar los años posteriores a la dictadura, los primeros años de la democracia, la Transición, los años ochenta y noventa, donde existió una libertad creativa hoy en día impensable. Con este libro quise contrastar, porque este es un libro centrado en el aquí y en el ahora, que ha sido escrito en estos dos últimos años y que termina de hecho el día que falleció David hace un mes y medio. Y quiere contrastar de alguna manera aquella realidad que vivimos tan ilusionante, tan creativa, tan libre y tan intensa con este mundo tan distópico que estamos viviendo. Realmente una distopía que pasa por ser una democracia pero que para mí es una sociedad de censura y de control, la mayor que he vivido, pues la franquista no la sufrí porque era un niño, pero en los cuarenta años largos de democracia que llevo viviendo nunca había existido un momento de tal control del poder, de censura, de lo políticamente correcto y todo lo que se sale de ese canon es malo o está mal visto y hay que enterrarlo o ningunearlo. No hay lugar en este momento para la disidencia, que fue lo que precisamente ensanchó la época de la Transición».