viernes, 18 de abril de 2014

LA BOMBA. JOSU ARTEAGA


Mi nombre no importa. Me llaman Jhonny. Soy hijo de un camionero navarro y de una extremeña. Mi viejo, que se ha pasado la vida entre Bilbao y Alemania, era un señor que me traía llaveros con luces y pósteres de equipos de fútbol y que me decía que estudiase y todas esas mierdas que deben decir los padres normales. Mi amatxu se cansó de Badajoz y de tener que besar las almorranas del señorito y ya en Bilbao se casó, fregó escaleras, limpió casas, parió dos hijos y puso las fotos de Txiki y Otaegui sobre los tres colores en el recibidor. Txiki era extremeño como ella. Cuando lo mataron lloró como si fuese carne de su carne. Eso decía.

Ella decía que en Euskadi se podía mirar al poderoso a los ojos. Tratarle de tú a tú. Mi madre era la mujer más fuerte del mundo con sus escasos metro sesenta. Tenía un bonito pelo negro y unos ojos más negros aun, además de dos pasiones: Los toros y el Athletic. Bragados, zainos y azabaches los unos y rojiblancos los otros. Disfrutaba del toro cuando volteaba al torero y la cuadrilla lo sacaba con el escroto descosido, camino de la enfermería. Al Athletic nunca le falto una vela los días de partido, al igual que cuando mi hermano y yo teníamos exámenes. Pero los leones necesitan cirios como morcillas de Burgos para ganar un partido y el único examen que aprobé en mi vida fue el de conducir. La teoría a la sexta y la práctica a la tercera. Una vergüenza para mi aita.

Mi vieja peleó como una jabata por nosotros. Ella fue rebajando sus pretensiones con los años. Al principio quería que estudiáramos una carrera para entrar en el banco de Vizcaya. Luego efepedos para a ver si entrábamos en altoshornos. En aquellos años todavía se podía aspirar a trabajar, aunque los deEuskalduna acababan de perder la primera de las batallas. Luego se conformaba con que estudiásemos mecanografía y euskera, para ser bedeles en un ayuntamiento. Pero tampoco. Nunca conseguí teclear con más de un dedo en aquella vieja Adler, que imprimía la k un poco por encima de las demás letras y las clases en aek se me pasaron fumando porros, del tamaño de la tabla del nor nori nork.

Un día pulí la máquina de escribir al Pelukas por dos talegos y mi vieja, la pobre, empezó entonces con la cantinela del graduado escolar en la escuela de adultos. Pero qué ostias. Lo que no puede ser no puede ser. Salimos vagos y torcidos y mi hermano y el menda nos hicimos aguadores. Cubríamos la calle mientras la peña hacía sus bisnes bajo los arcos de la Kultur. Allí aparecían los camellos y una legión de espantapájaros, intentando que al andar no se les saliesen los huesos de las junturas. Si veíamos algúnjulai con pinta de txakurra, dábamos el queo y aquellos yonkis de vida al ralentí, aceleraban el paso, se deshacían de la papela y aparentaban ser catequistas en recogimiento espiritual.

Yo cobraba en pasta. Al principio mi hermano también. Pero luego el hipódromo se instaló en su habitación y las apuestas siempre fueron contra él. Hablaba del fogonazo de la burbuja y después la muerte hervía en el culo de una lata de kas. A mi madre le convencimos de que era diabético. Pero las mentiras de un yonki son del tamaño de los castillos. Castillos de naipes. Castillos en el aire. Castillos de arena. Castillos desalmenados y con pies de barro. Se caen porque no tienen osamenta, ni carne, ni vergüenza para cimentarse. Son como la burbuja inmobiliaria de nuestros días. Se hinchan hasta que revientan y sale tanta mierda, que sólo puede ser tapada con más mentiras que se hinchan y explotan cada vez con mayor rapidez y hedor. Mi madre supo que no había insulina para aquella diabetes y debió de llorar, como cuando el gallego enano y con voz de maricona, fusiló a Otaegui y a Juan Paredes.

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miércoles, 16 de abril de 2014

LA 4ª de Mario Crespo.



¿Cómo se gesta un mito? ¿De qué manera una sucesión de hechos puede llegar a trascender en el imaginario de toda una sociedad en forma de relato legendario? En La 4ª, asistiremos al complejo proceso de la gestación de un profeta y su religión; Carlos Barbosa, un joven introvertido de provincias. Seguiremos los pasos de Carlos en un fascinante relato coral que nos descubrirá el peligroso mundo de los cárteles de la droga en Madrid, el proceso de creación de una iglesia experimental que pretende cambiar el rumbo de la humanidad y, finalmente, una sociedad distópica situada en 2046 que se encuentra al borde del colapso. Mario Crespo, con un estilo sobrio y sugerente, y con un dominio extraordinario de los tempos de la prosa, nos ofrece una obra de gran calado antropológico para la reflexión en estos tiempos de crisis espiritual y moral.

Victor Balcells Matas

martes, 15 de abril de 2014

KORTATU O LA CÓLERA DE LOS NO ELEGIDOS. Patxi Irurzun


El libro "El estado de las cosas. Kortatu. Lucha, fiesta y guerra sucia" revisa el segundo disco del grupo de Irún y lo contextualiza en una época de revuelta juvenil en Euskal Herria.


Patxi Irurzun. Iruñea


“Iñigo Muguruza y Jitu van a un concierto de La polla Records en Rentería. Evaristo, su cantante, quema una cruz mientras suena la canción “Salve”. Iñigo y Jitu no han visto tantas crestas y chupas de cuero juntas en su vida. El caos es absoluto y el pogo, brutal. La pasma da vueltas entre el público y empiezan a volar botellas. Evaristo quema su DNI en directo”.
Así, con una batería de pequeñas y salvajes historias como esta, arranca el libro El Estado de las cosas. Kortatu. Lucha, fiesta y guerra sucia, escrito por Roberto Herreros e Isidro López y publicado por la editorial madrileña Lengua de Trapo. “Más salvajes que Sex Pistols”, reza el prefacio. Sin embargo El estado de las cosas —el libro-, es bastante más que una sucesión de viejas batallas que no puedes encontrar en los mapas o una melancólica recopilación de anécdotas de los años mozos, y tras los fogonazos iniciales, sus páginas se adentran en un análisis del contexto social y político en el que nació un grupo como Kortatu o el propio RRV (Rock Radikal vasco) o en el que se compuso el segundo disco del trío de Irún. Más salvajes que los Pistols, sí, y “más políticos también”, añade de hecho el título de ese prefacio.

Pegatinas
Esa efervescencia revolucionaria de principios de los ochenta, la expresa a la perfección Bernardo Atxaga, autor del prólogo, con una imagen tan visual como las pegatinas que en aquella época era habitual ver cubriendo las paredes de bares, y que componían un abigarrado y colorido mural, en el que convivían fanzines, radios libres, lucha ecologista, feminista, gaztetxes… “Un maremágnum de cosas y afectando a todo, marcándolo todo, la violencia”, escribe Atxaga. Las acciones armadas de ETA, el estado policial, la guerra sucia… Y además, la reconversión industrial, el paro, la irrupción devastadora de la heroína… Ese es el estado de las cosas, el caldo de cultivo del que emerge un grupo como Kortatu (Kortatu o la cólera de los no elegidos, fue como apellidaron en sus inicios al grupo, tras ser rechazados en un concurso de maquetas), que publicaron su primer disco largo en 1985 (Kortatu). En él, el grupo deja claro sus intenciones: rompen con la solemnidad de la canción política, introducen la fiesta y la diversión como método de lucha y aportan un bagaje musical, un cóctel contracultural en el que se vierte y se agita desde el punk de combate inglés de The Clash, pasando por las influencias underground —los comics de Robert Crumb, Makoki…— hasta, o fundamentalmente, las vivencias propias: las detenciones, las dexedrinas y el speed, los controles policiales…

Campanadas a la muerte
El libro de Herreros y López subraya precisamente como algo fundamental en el rumbo de Kortatu y en la transición hacia un posicionamiento más político en su segundo disco, El estado de las cosas, una trágica experiencia personal de Fermín Muguruza: los asesinatos por parte del GAL de cuatro refugiados vascos en el Hotel Monbar de Baiona, con quienes Muguruza había estado jugando al futbolín solo unos minutos antes. Un impacto que, lógicamente, deja huella en el músico, y que se puede rastrear en una de las canciones emblemáticas del disco, el desgarrador Hotel Monbar .
“Esta no es la única clave para entender el cambio de registro político, musical y estético que Kortatu emprendieron con El estado de las cosas, dejando atrás el espíritu lúdico y contracultural de su debut, pero lo sucedido en Baiona el 25 de septiembre de 1985 marca un antes y un después en la vida de Fermín Muguruza, que dará el salto del movimiento autónomo a un mayor compromiso con la izquierda abertzale”, cuentan los autores del libro, que a lo largo del mismo defienden que una de las claves del éxito y la transversalidad de Kortatu es esa posición a caballo: “Kortatu nunca dejó de tener un pie en el sustrato social y político del que nació y tampoco nunca fue meramente absorbido por Herri Batasuna, sino que mantuvo una posición vinculada, pero independiente”. Kortatu fue capaz, pues, de aglutinar diferentes frentes de lucha, pero además musical y estéticamente siempre fue un grupo de vanguardia, con una pegada rítmica y melódica que también atrajo, tal vez a su pesar, a personas que no se identificaban en absoluto con su mensaje. El mismísimo Patxi López reconoce que Kortatu le volvían loco. Y durante treinta años Sarri o Mierda de ciudad no han dejado de sonar en verbenas y txoznas, algo que lleva también a plantear a algunos de quienes prestan su voz al libro, como Leire López Ziluaga, si el RRV (del cual asistimos últimamente a una reivindicación póstuma en diferentes publicaciones) no ha llegado a convertirse en una cultura de consenso en Euskal Herria que ha vaciado su mensaje o ha ejercido de lastre para nuevas formas creativas de combate.


Siempre queda molestar
El estado de las cosas –el libro- no recurre por tanto al revival sentimental, es una revisión crítica que hibrida diferentes géneros narrativos: el ensayo, la crónica, la entrevista… Huyendo del que comienza a ser manido y recurrente formato de la biografía oral, no renuncia sin embargo a recoger testimonios de numerosas personas vinculadas al universo Kortatu: por supuesto, los tres miembros del grupo, algunos autores de sus letras como Mikel Antza (que en El estado de las cosas firma dos temas, 9 Zulo y Aizkolari), Xabier Montoia, Pablo Cabeza, Ruper Ordorika Roberto Moso, Elena López Aguirre, Marino Goñi… Todos ellos ayudan a diseccionar El estado de las cosas –el disco—, que aparece comentado canción a canción en uno de los capítulos: el rock de la línea del frente, con su ritmo y su semántica reggae —“esa jerga que emplean los rastas”— en el que ya se entrecruzan militancia y vida: “Te quiero y quedamos en la barricada a las tres”. Un hilo que se recoge en Equilibrio, tal vez la primera canción de amor de Kortatu: “Si resisto y sobrevivo es por tu luz”, cantan en uno de los estribillos, y en otro dan una pequeña colleja a un amigo, el dibujante Carlos Azagra y su PGB (Partido de la Gente del Bar): “Deja de beber tanta cerveza y lucha”. Equilibrio a su vez, lanza otro hilo hasta Nivel 30, una canción sobre la heroína y su efecto desmovilizador. La letra de esta canción es la más desgarradora, en opinión de Iñigo Muguruza : “Ten cuidado al pasar a mi lado porque soy una cuchilla andante”. En ella, hay además referencias al comic, a Stefano Tamburini, el creador de Rank Xeros, como hay en otras canciones diferentes posos de lecturas (El bandido adolescente, de Ramon J. Sender en Esto no es el oeste, pero también hay tiros), y de tendencias musicales: punk, ska, reggae, psicobilly, hardcore… El estado de las cosas es, en definitiva un disco complejo (el último, por otra parte, en el que el grupo canta en castellano), del que resulta fácil recordar muchas frases que para los jóvenes que las escuchaban se convirtieron en algo más que lemas que corear en los conciertos o sus habitaciones: fueron también consignas que marcaron el paso a sus vidas. Kortatu, como señala Angel Luis Lara El Ruso no era tanto “la banda sonora de la película, como la película misma”. Aunque estuviera todo perdido siempre quedaba molestar. La cólera de los no elegidos se convirtió en su victoria, y todavía hoy tantos años después (este libro, que va por una segunda edición revisada y ampliada, es el mejor ejemplo) el legado de Kortatu sigue alentado la revuelta.

3 POEMAS DE'LAS SUMAS Y LOS RESTOS'. Ana Pérez Cañamares




Los viejos que van en zapatillas por la calle
como si el mundo fuera un pasillo
y todos los caminos, el camino de la alcoba al baño.
Nos miran sin entender para qué o quién nos vestimos
por qué nos acicalamos para ir al matadero.
***
“Cuando te hace falta”, dice la mujer
al pasar bajo mi ventana, “aunque sea
arrancas piedras con los dientes.”
Y se aleja masticando el vacío
con dientes mellados de tanta falta.
***
Hemos elegido perder eternamente
para no mancharnos las manos.
No parecemos reparar en
cómo se mancha la conciencia
mientras nos quedamos quietos.
Cómo se llena de verdín
y se hace resbaladiza.

domingo, 13 de abril de 2014

ME QUIERE NO ME QUIERE. Ana Grandal





—¡Mira, una margarita!
Ella se agacha y corta el tallo con delicadeza. Le tiende la flor con una sonrisa pícara.
—Yo ya sé la respuesta. ¿Quieres comprobarla?
Él comienza a arrancar los pétalos uno a uno. «La eviscero, le meto un hierro candente por el coño, le corto los brazos con un serrucho, le doy de hostias con la cabeza contra el suelo…»

viernes, 11 de abril de 2014

HOY EN LEÓN: Dolores de Poesía en los Bares.


Dolores de Poesía en los Bares 
alcanza este año su quinta edición

Por L. Castellanos | 09/04/2014

Esta singular ronda poética volverá a citar el Viernes de Dolores a numerosos poetas leoneses para que lean sus versos en cuatro bares de León.

"Porque queremos juntarnos en los bares que nos gustan. En los bares donde hemos escrito y sobre todo bebido. Y queremos celebrar esta ronda poética con la compañía de nuestros amigos". Así justificaba Felipe Zapico la celebración de la primera edición de Dolores de Poesía en los Bares en 2010. Esta suerte de ronda poética vive este año ya su quinta edición y nuevamente tras ella anda Zapico con la complicidad de una decena larga de poetas (Luis Miguel Rabanal, Gsús Bonilla, Abel Aparicio, Arantxa Oteo, Aldo Sanz, Eloísa Otero, Xen Rabanal, Silvia D. Chica, Toño Morala, Víctor M. Díez, Vicente Muñoz Alvarez, Silvia Abad Montoliú, Ildefonso Rodríguez, Julia Conejo y Jorge Carbalho Branco) que recitarán sus propios versos en los cuatro locales de la ciudad de León que, a modo de estaciones, servirán de punto de encuentro. "Por quinto año nos reunimos un grupo de poetas para compartir la palabra, la amistad y lo que surja", indica Zapico.

Será este viernes, Viernes de Dolores, día 11, cuando la comitiva arranque en el Bar Benito a las 21.30 horas para luego desplazarse hacia el Bardalla (22.15 horas), el Belmondo (23 horas) y El Gran Café (23.45 horas). Durante su celebración se repartirá una pequeña antología, obra de Vinalia Trippers, de algunos de los poemas que se han leído en las cuatro ediciones de Dolores de Poesía en los Bares.

"Llegamos, tomamos algo y cada uno o una leemos alguna cosa, y a otro bar. Si conseguimos que nos acompañen amigos hacemos una ronda, que no es de papones, no de Genarín, no del rancio reino". Ese es el deseo que expresó Zapico con ocasión de las primeras ediciones y que se mantiene intacto para la de este año, que como en las anteriores disfrutará de un cartel ideado por la artista leonesa Julia D. Velázquez.


Llegan los ‘Dolores de poesía en los bares’

Diario de León, 11/04/2014

Como «ronda pagana, desobediente e indignada» presentan los promotores del recorrido literario Dolores de poesía en los bares esta singular acción que tiene lugar hoy y que, como novedad, dará a conocer una mini antología de los poetas participantes durante estos cinco años gracias a Vinalia Trippers. La ronda poética comenzará a las 21.30 horas en el bar Benito y continuará en el Bardalla (22.15), Belmondo (23.00) y el Gran Café (23.45) con la participación de dieciséis poetas que compartirán «la palabra, la amistad y lo que surja».


miércoles, 9 de abril de 2014

EN EL 193 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE BAUDELAIRE


BENDICIÓN

Cuando, por un decreto de las potencias supremas,
El Poeta aparece en este mundo hastiado,
Su madre espantada y llena de blasfemias
Crispa sus puños hacia Dios, que de ella se apiada:

-"¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,
Antes que amamantar esta irrisión!
¡Maldita sea la noche de placeres efímeros
En que mi vientre concibió mi expiación!

Puesto que tú me has escogido entre todas las mujeres
Para ser el asco de mi triste marido,
Y como yo no puedo arrojar a las llamas,
Como una esquela de amor, este monstruo esmirriado,

¡Yo haré rebotar tu odio que me agobia
Sobre el instrumento maldito de tus perversidades,
Y he de retorcer tan bien este árbol miserable,
Que no podrán retoñar sus brotes apestados!"

Ella vuelve a tragar la espuma de su odio,
Y, no comprendiendo los designios eternos,
Ella misma prepara en el fondo de la Gehena
Las hogueras consagradas a los crímenes maternos.

Sin embargo, bajo la tutela invisible de un Ángel,
El Niño desheredado se embriaga de sol,
Y en todo cuanto bebe y en todo cuanto come,
Encuentra la ambrosía y el néctar bermejo.

El juega con el viento, conversa con la nube,
Y se embriaga cantando el camino de la cruz;
Y el Espíritu que le sigue en su peregrinaje
Llora al verle alegre cual pájaro de los bosques.

Todos aquellos que él quiere lo observan con temor,
O bien, enardeciéndose con su tranquilidad,
Buscan al que sabrá arrancarle una queja,
Y hacen sobre El el ensayo de su ferocidad.

En el pan y el vino destinados a su boca
Mezclan la ceniza con los impuros escupitajos;
Con hipocresía arrojan lo que él toca,
Y se acusan de haber puesto sus pies sobre sus pasos.

Su mujer va clamando en las plazas públicas:
"Puesto que él me encuentra bastante bella para adorarme,
Yo desempeñaré el cometido de los ídolos antiguos,
Y como ellos yo quiero hacerme redorar;

¡Y me embriagaré de nardo, de incienso, de mirra,
De genuflexiones, de viandas y de vinos,
Para saber si yo puedo de un corazón que me admira
Usurpar riendo los homenajes divinos!

Y, cuando me hastíe de estas farsas impías,
Posaré sobre él mi frágil y fuerte mano;
Y mis uñas, parecidas a garras de arpías,
Sabrán hasta su corazón abrirse un camino.

Como un pájaro muy joven que tiembla y que palpita,
Yo arrancaré ese corazón enrojecido de su seno,
Y, para saciar mi bestia favorita,
Yo se lo arrojaré al suelo con desdén!"

Hacia el Cielo, donde su mirada alcanza un trono espléndido,
El Poeta sereno eleva sus brazos piadosos,
Y los amplios destellos de su espíritu lúcido
Le ocultan el aspecto de los pueblos furiosos:

-"Bendito seas, mi Dios, que dais el sufrimiento
Como divino remedio a nuestras impurezas
Y cual la mejor y la más pura esencia
Que prepara los fuertes para las santas voluptuosidades!

Yo sé que reservarás un lugar para el Poeta
En las filas bienaventuradas de las Santas Legiones,
Y que lo invitarás para la eterna fiesta
De los Tronos, de las Virtudes, de las Dominaciones.

Yo sé que el dolor es la nobleza única
Donde no morderán jamás la tierra y los infiernos,
Y que es menester para trenzar mi corona mística
Imponer todos los tiempos y todos los universos.

Pero las joyas perdidas de la antigua Palmira,
Los metales desconocidos, las perlas del mar,
Por vuestra mano engastados, no serían suficientes
Para esa hermosa Diadema resplandeciente y diáfana;

Porque no será hecho más que de pura luz,
Tomada en el hogar santo de los rayos primitivos,
Y del que los ojos mortales, en su esplendor entero,
No son sino espejos oscurecidos y dolientes!"

FAST FOOD FOR FREAKS+EL MINISTERIO DE LA FELICIDAD. ÁNGEL PETISME

Portada Fast food

100 páginas de textos cortos, fogonazos,
epigramas,aforismos,píldoras, pedradas y derramamientos poéticos,ora divertidos e irónicos,ora reflexivos, para llevar en el bolsillo,en el metro,en la ducha,para susurrarle a tu chica, tu chico o tu caracol mientras le haces el amor.

Para muestra tres botones:

¿Nunca has visto a un surfista llorar sobre las olas?

Crear ilusiones,la vida solo es eso.
Y aprender a colocar las tiritas
por el lado donde pegan,cariño.

La gente se abraza para que sus corazones se besen.

lunes, 7 de abril de 2014

DOLORES DE POESÍA EN LOS BARES


Por quinto año consecutivo, convocados por Felipe Zapico Alonso para compartir la palabra, la amistad y lo que surja, un grupo de poetas y amigos se citan en León en los Dolores de Poesía en los Bares, que como siempre acontecen en Viernes de Dolores previos a la Semana Santa.

Este año la cita tiene fecha de 11 de abril, y con motivo del primer lustro de vida se ha editado un cuadernillo antológico gracias a Vinalia Trippers, que se presentará y distribuirá ese día.

La ronda poética por los bares de la capital leonesa tendrá el siguiente recorrido:

Bar Benito, 21,30 horas
Bardalla, 22, 15 horas
Bar Belmondo, 23 horas
El Gran Café, 23,45 horas

“Participatentes”:

Luis Miguel Rabanal, Gsús Bonilla, Abel Aparicio, Arantxa Oteo, Aldo Sanz, Eloísa Otero, Xen Rabanal, Silvia D Chica, Antonio Manuel Fernández Morala, Víctor M. Díez, Vicente Muñoz Álvarez, Silvia Abad Montoliú, Ildefonso Rodríguez, Julia Conejo, Jorge Carbalho Branco, Felipe Zapico Alonso

El cartel anunciador y la cubierta de la publicación son obra de Julia D Velazquez, al igual que los carteles de las cuatro convocatorias anteriores.


domingo, 6 de abril de 2014

LA BALADA DE MOLLY SINCLAIR: 2 Poemas.



Yumeji’s Theme

Bajar y subir los mismos escalones
sin descanso,
doblar, redoblar la misma esquina,
esperar repetidamente junto a una ventana,
empaparse bajo una lluvia artificial,
detenerse, volver a comenzar desde el principio,
repetir luego la acción con pequeñísimas variantes,
una, cien veces, multiplicar
su perfil, añadir
su opacidad al dibujo de los adoquines,
estirar la memoria hasta convertirla
en una superficie difuminada, quebradiza,
en el cielo pintado de un decorado.
Vuelve a sonar la misma música,
tratan de dejarse llevar, de enredarse
en el tres por cuatro, de balancearse
en esas cuerdas pinzadas por dedos invisibles;
pero siempre es un poco demasiado tarde:
la mirada cae fuera de racord, el gesto
de la mano izquierda queda levemente desajustado,
el humo del cigarrillo se pierde
por la parte superior del encuadre,
el ritmo
se ralentiza,
todo corre ahora el peligro de convertirse
en un inmenso plano fijo.
Él contempla su pasado como a través de un cristal sucio.
Ella flirtea con el azar, comprende
que la suerte no estará nunca de su parte,
cambia de vestido, se engaña
introduciendo un nuevo color,
una nueva textura sobre ese fondo invariable,
incrusta su imagen día tras día, año tras año,
sobre una serie limitada de escenas,
de pasillos, de callejones, de pentagramas,
de oficinas presididas por relojes gigantescos.
Y aun así
persisten, cada uno
en la oscuridad de sus respectivos cuartos,
en solitario o junto a la respiración acompasada
de otro animal malherido, atentos
a esas imágenes que van surgiendo desde el bajo vientre,
que regresan de entre las sombras sin disiparlas
para convertirse en el centro del universo
durante unas horas siquiera,
desplegando
su rito absurdo y desgastado
mientras los últimos bares abiertos escupen
a los últimos clientes, mientras los camareros
limpian somnolientos los cercos húmedos del mármol
y las persianas chocan de repente contra el suelo
como metáforas inútiles.


Dark Lolita

Te fascina
esa manera suya de tontear con todo el mundo
aparentando al mismo tiempo no darse cuenta
de estar haciéndolo.
Durante un par de horas te dejas absorber
por su estudiada naturalidad,
sentada en el filo de la silla,
recostada sobre la mesa,
junto a la ventana como una de las perturbadoras
niñas de Balthus;
o acercándose con timidez a la barra,
jugueteando con una botella,
permitiendo que la espuma de su cerveza
le decore traviesamente los labios.

Habláis un rato:
libros, ciudades,
nombres de alcoholes raros y de autores oscuros.
Ella tira de catálogo,
la guía telefónica del malditismo,
Lautréamont, Panero y todo eso.
Tú mencionas a François Villon
y le susurras al oído cualquier verso:
vieil je serai, vous laide et sans couleur…

Su habitación huele a incienso barato.
El tatuaje se desplaza
desde el final de la espalda donde lo imaginaste
hasta el ombligo,
la tarántula convertida en cuatro símbolos flamígeros.
A media luz, cubierta la lámpara con una tela,
entre pósters de Joy Division y pelos de gato gris,
sus ojos demasiado pintados,
sus manos habilidosas, el arco insolente
de su cuerpo,
te clavan como a un insecto expresionista
sobre las sombras agitadas de la pared.

Sonríe y se lía un porro,
bebéis a morro tres o cuatro
latas. Después
pone en su Mac una película coreana
en la que apalean a un tipo desnudo
con un gran bate de cricket.
Ella se tapa con el edredón hasta la barbilla,
dejando al descubierto los pies,
y tú te miras dócilmente el sexo fláccido
pensando en el fin de todos los tiempos.


Juan Vico, de La balada de Molly Sinclair (Origami, 2013).

http://jvico.blogspot.com.es/


jueves, 3 de abril de 2014

DIOS NUNCA REZA. Patxi Irurzun



JUEVES 19 DE JUNIO DE 2008

Hoy, por fin, después de varios meses de lluvia y frío ha salido el sol en esta la ciudad sin primavera. Así que esta mañana he vestido a Urko con la ropa de verano que le compramos hace unos días y con la que está tan guapo y nos hemos ido los tres, su madre, él y yo a la ikastola . Normalmente suelo acompañarle yo, me gusta hacerlo, levantarlo por la mañana es uno de los mejores momentos del día, después lo llevo al baño, elijo su ropa, despierto a mi mujer... Es como si me correspondiera a mí arrancar el motor de la casa y eso me hace sentir importante. Pero hoy es el penúltimo día de colegio de Urko y Malen también quería venir, grabar en video, despedirse de la profesora, los otros padres... Dentro de unos días nos cambiamos de barrio. De la Rotxapea a Sarriguren, en las afueras de Pamplona, una ciudad nueva, de bloques de VPO. Nosotros ahora vivimos de alquiler. Me va a dar pena irme de aquí. Estamos a diez minutos de la Plaza del Ayuntamiento. A Sarriguren solo se puede ir en coche, o en autobús... Es algo raro. El barrio en el que crecí estaba lleno de descampados, silletas, bajeras vacías que se convertían en videoclubs, que luego se convertían en centros de estética que luego se convertían en bares, eso nunca fallaba... Era un barrio de las afueras, y ahora, nos vamos a las afueras de las afueras, a un nuevo barrio de descampados, silletas, bajeras vacías... A eso le llaman progreso pero nosotros cada vez estamos más lejos. Y hay algo que me inquieta en todo ello.
Por la tarde, después de trabajar he ido a una charla sobre los obreros de Zanon, una fabrica de porcelana en Argentina ocupada por sus propios trabajadores y gestionada ahora por ellos mismos. El sindicalista que ha hablado ha dicho que tuvieron que hacerlo porque el capitalismo - "ese monstruo", ha dicho, qué curioso- no tiene reparos en sacrificar a los más débiles cuando hace falta. Y también que quizás nosotros no lo percibimos todavía, pero intuye que se nos avecina una crisis parecida a la que ha sufrido su país. Bueno, ellos al menos han salido adelante. Aunque han tenido que pelear duro. Se pasaron varios meses acampados frente a la fábrica, sobreviviendo gracias a la solidaridad de obreros de otras fábricas, los maestros de sus hijos... Por ejemplo, cerca de la fábrica ocupada había una cárcel para presos peligrosos. En una ocasión estos dejaron de comer dos días para dar sus raciones a los trabajadores de Zanon. A cambio los obreros de Zanon les ofrecieron material necesario para construir un lugar cubierto en el que recibir a los familiares, durante las comunicaciones (hasta entonces debían hacerlo en el patio). Desde ese día cooperativistas y presos se han convertido en uña y carne. Cuando la policía intenta desalojar a los obreros los presos hacen un motín en la cárcel, o si hay un motín en la cárcel los obreros de Zanon disparan con tirachinas bolas de porcelana a los antidisturbios desde su fábrica. A la policía últimamente se le ve menos por allí...
He vuelto a casa algo más animado. Cuando he llegado Urko y Malen estaban en la bañera. La tripa de mi mujer asomaba entre un mar de espuma y Urko estaba recostado sobre ella. Y en el pasillo, los últimos rayos de luz del día se derramaban dorados y cálidos, iluminándolo todo.

DIOS NUNCA REZA. Patxi Irurzun (Alberdania, Irún, 2011)

martes, 1 de abril de 2014

HAMBRE. Un poema de 'Ardimiento' (Bacø)



He tardado en darme cuenta
y ahora       sé       porqué
en todos los ordenes de la vida
   los que llegan a la cumbre del poder,
   los que coronan la cima,
no son
   los mejores, ni
   los más sabios, ni
   los más fuertes, ni    siquiera    
   los más honrados.

Ahora sé que
   los que nos dominan son
   los más hambrientos,
   los que lo quieren todo y
no les importa
qué hacer
para conseguirlo,
ahora sé que son
   los más egoístas,
   los que más determinación tienen
para lograr sus objetivos,
   los que jamás ponen en su alma
una pizca de corazón,
   los que falsean sus sonrisas,
   los que mienten con sus palabras,
   los de las miradas feroces
   los egoístas
solitarios
de la cúspide,
   los que olfatean el dinero y el poder
en busca de la próxima presa.

Y ahora sé
que ellos son
   los lobos
y nosotros,
   los conformistas,
   las ovejas,
y que somos su alimento
y que siempre  

tendrán

hambre.

ARDIMIENTO. Baco
Zoográfico, 2014
Prólogo de Gsús Bonilla. Ilustraciones de Quino Romero
130 Páginas 10€
zoograficoenlinea.blogspot.com.es