ANTOLOGÍA DEL BESO: Poesía última española.


Agustín Sierra, Agustín Calvo Galán, Alejandro Pedregosa, Ana Tapia, Ana Vidal Egea, Andrés Neuman, Ángel Manuel Gómez Espada, Ángela Jiménez Pérez, Ángela Torrijo, Antonia Ortega Urbano, Antonio Aguilar, Antonio Blanco, Antonio Méndez Rubio, Antonio Mialdea, Antonio Orihuela, Antonio Praena, Antonio Quesada, Athina-Styliani, Michou Rorris, Augusto López, Begoña Callejón Aliaga, Ben Clark, Carmen López, Caterina Valdés, Cristina Consuegra Abal, Daniel Lázaro Abolafio, David Delfín, David Leo García, Eduardo Chivite, Elena Medel, Enrique Falcón, Estefanía Rodero Sanz, Diego Vaya, Estíbaliz Espinosa, Fátima Nunhez Delgado, Ernesto García López, Fernando Valverde, Francisco Cenamor, Francisco León, Francisco Onieva, Ignacio García Cabrera, Iker Biguri, Inés Toledo, Inma Luna, Isabel Bono, Isabel Perez Montalban, Izaskun Gracia, Javier Almuzara, José Blanco, José Daniel García, José Enrique Salcedo, Jose Luis Abraham, José Luis Pérez Pastor, José Luis Piquero, Josefa Parra, Juan Andres Garcia Román, Juan Carlos Abril, Juan Carlos Martínez Manzano, Luis Bagué, Luis Luna, Mª Lourdes De Abajo Fernández, Marga Blanco Samos, María Inmaculada Fernández Barjola, María Salvador, Mario Cuenca Sandoval, Marta Zafrilla, Mertxe Manso, Miguel Ángel Contreras, Miguel Mejía Pérez, Nacho Abad, Nacho Montoto, Pablo Fidalgo Lareo, Rafael Calero, Rafael Espejo, Rafael Saravia, Raquel Lanseros, Raúl Díaz Rosales, Rubén Romero Sánchez, Sergi Puertas, Sofía Rhei, Sonia Betancort, Vicente Luis Mora, Vicente Muñoz Álvarez, Yolanda Castaño.

Antología del Beso. Poesía última española.
Mitad Doble Ed.
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Queridos amigos:

El próximo día 3 de abril, a las 20:00h, en el Café Bar Drunk-o-Rama (frente al Teatro Cervantes) tendrá lugar la presentación del primer número de la colección de poesía española Robadores a la que Mitad Doble Ediciones ha tenido la generosidad de ponerme al frente.
En esta primera entrega, el contenido es una selección de 83 poetas jóvenes españoles que han escrito expresamente sobre ese sencillo pero inacabable recurso -eje, fin e instrumento- de la poesía amorosa de todos los tiempos: el beso.
A los que podais asistir al acto en Málaga será un placer veros (sabeis que salgo poquísimo de mi choza), y además disfrutaremos doblemente con la presentación del décimo número de la revista de arte, literatura y música MITAD DOBLE -coordinada por Augusto López- y de tres actuaciones musicales -detalles en el archivo adjunto-).
Aprovechando la convocatoria, e independientemente de los homenajes que ya se le están haciendo, quiero hacer también una humilde pero especial mención a nuestro amigo y compañero José Antonio Padilla (1975-2009).

Un saludo,
Julio César
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lunes, 30 de marzo de 2009

SOR KAMPANA SOLTANDO LASTRE

Sor Kanpana soltando lastre



Josu Arteaga, hijo de Satanás, grande, y sus secuaces de La Banda del abuelo, tienen nuevo video en su myspace, con letra de otro hijo de Satanás, Sor Kampana. Demoledor. Y dentro de poco otro video con las pillerías que hicieron en el Gruta 77, en la fiesta por la segunda edición de nuestro Resaca. Jau-yepa!

LIBRO DE HUELGAS, REVUELTAS Y REVOLUCIONES. Constantino Bértolo



Relatos radicales que se anudan en las encrucijadas de la Historia, cuando los hombres se enfrentan al poder que los somete.

La revolución expresa convulsamente la voluntad eterna, en hombres y mujeres, de vivir en un mundo más justo. En el centro de los movimientos emancipatorios, los textos y lasimágenes de esta antología se expresan con los colores de la rabia, pero también con la risa de la distancia crítica. Desde la rebelión de Lucifer hasta los movimientos antiglobalización, pasando por Espartaco, la Comuna de París, la Revolución mexicana, Mayo del 68 o la Intifada. 

Excelsos textos de: Teresa Aranguren, Clara Campoamor, Sofía Casanova, José Díaz Fernández, Frantz Fanon, Howard Fast, Gustave Flaubert, Fray Antonio de Guevara, John Milton, Juan de Padilla, Benito Pérez Galdós, Olivier Rolin, Isaac Rosa, William Styron, Wladyslaw Szpilman, Mark Twain, Jules Vallès, Wu Ming, Stefan Zweig. Con ilustraciones de: William Blake, Isaak Izráilevich Brodski, Pieter Brueghel el Joven, Andrea Camassei, Marc Chagall, Honoré Daumier, Jacques-Louis David, André Adolphe Eugène Disdéri, Gustave Doré, Equipo Crónica, Juan Genovés, Antonio Gisbert, Helios Gómez. Benjamin Robert Haydon. Robert Koehler, Juan O’Gorman, Power O’Malley, Jacques Pavlovsky, Joaquín Sorolla. 

Alta literatura en las barricadas.

Instantáneas a pie de barra: Jack Kerouac, de nuevo en el camino


Por GINES
Corría el año 1986. Yo tenía veinte años y, por imperativos legales, desperdiciaba mi tiempo en un cuartel miserable y hediondo de la ciudad de Sevilla. Sí, aquel funesto anacronismo del servicio militar obligatorio, la mili.
Unos señores, de ridícula apostura y carácter avinagrado, me voceaban desde la mañana hasta la noche. Siempre parecían estar cabreados sin que yo adivinara el motivo, nada les satisfacía en su encomiable esfuerzo por hacer de mí un hombre con un par. Aquél, desde luego, no parecía lugar propicio a sensibilidades artísticas ni matices de orden ontológico. Pero yo aprovechaba mis largas y soporíferas estancias en garitas, calabozos y camaretas, para evadirme leyendo.
Aún recuerdo vivamente el fuerte impacto que me causó la lectura de “En el camino”, de Jack Kerouac. Empecé y no pude soltarlo. Me trincaron leyéndolo en la garita, desatendiendo mis funciones de vigía ante el inminente asalto de un enemigo al que nunca llegamos a verle la jeta, pero aquellos señores distinguidos con estrellas en sus hombreras insistían en su inquietante existencia. Así que me mandaron al calabozo, pero conseguí colar a Kerouac conmigo y allí lo terminé.
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[Fuente: Soitu.es. Seguir leyendo: aquí]

Anagrama publicará los textos restaurados de Raymond Carver sin los cortes de Gordon Lish


Josep Massot Barcelona
Qué sucedería si en un olvidado desván napolitano se descubrieran las copias originales de las obras maestras de un pintor, por ejemplo Caravaggio, y se desvelara una pintura original luminosa y clara? ¿Que su famoso claroscuro, la técnica por la que es reconocido, se debiera a la mano de un desconocido tratante de cuadros, que retocó, corrigió, añadió y manipuló a su antojo la obra? Algo similar ha ocurrido con los primeros relatos de Raymond Carver, inventor de una nueva manera de narrar, breve, fría, abrupta, cruel, a veces brutal, sin una sola palabra de más y con tantas palabras de menos que sus frases tienen el impacto de un puñetazo emocional en la conciencia de sus lectores. Sólo que no fue él, sino Gordon Lish, conocido como Captain Fiction,un veterano conocedor de todos los trucos del mundo editorial, quien inventó el estilo que hizo furor en los años ochenta y cambió la manera de escribir de una generación.
Se sabía que el minimalismo se conseguía gracias a la receta de "cortar, cortar y cortar aún más", según contaba Fernanda Pivano en sus crónicas americanas para Il Corriere della Sera. En los medios literarios neoyorquinos circulaba como un secreto a voces la severa edición a la que habían sido sometidos los primeros textos de Carver, pero hasta que los publicó el The New Yorker no se ha visto su verdadero alcance. Ahora acaban de salir en Einaudi y Jorge Herralde anuncia su publicación para el año 2010, con traducción de Jesús Zulaika.
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[Fuente: La Vanguardia. Seguir leyendo: aquí]

CENICIENTA by Loredhi.


Tocan las doce de la noche

y una mujer desviste sus andanzas al borde de una cama,

caen de golpe las voluntades

y apagadamente

enciende un cigarro,

entorna los ojos, y saca el bisturí entre las sábanas...


Comienza la disección,

primero el disfraz segundo la piel

tercero una niña que no debe llorar

aunque lo desee con fuerza...


El acero tampoco alcanza hoy a llegar al fondo,

y es tarde,

será cuestión de coserse otra vez y dormir

y esperar a que lleguen de nuevo las doce

disfrazada de turbia cenicienta.


Loredhi, inédito.

domingo, 29 de marzo de 2009

DEBAJO DEL ASIENTO by Mario Crespo.


Llevamos a limpiar el coche. El Clenchas se empeñó. “Para qué coño vamos a perder tiempo en lavar el coche si lo vamos a traer lleno de mierda”, dije yo. “Oye, tronco, el buga es mío y no quiero que acumule mierda por valor de un mes”. El clubbing consiste básicamente en ir de club en club, de discoteca en discoteca, en busca de música electrónica. Eso es la teoría. Seguro que lo pone en la Wikipedia. Para mí/nosotros, clubbear era nuestra forma de vida. Éramos JPSD (jóvenes pero sobradamente desgraciados). El Clenchas, el Rulas, Paco Keta, el Petunio y yo. Cinco tíos de barrio que acudían a su primer acto clubber importante. Cinco capullos a punto de desflorarse. Se trataba de la primera vez que íbamos a salir de nuestra ciudad para acudir a una rave. Clenchas tenía un Wolsvagen Polo de color rojo. Uno de los viejos. 1000 c.c. Casi tantos como su enorme cabeza. De masa encefálica no sé como andaba, ni cuantos gramos tenía. Nosotros bastantes. 15 gr. de speed; 2 gr. de MDA; 15 pastillas (8 Mitsubishi y 7 Killer); 5 tripis Simpson; y un buena china de hachís. Unos 13 gr. ¿Bebida? Tal vez algo de agua. No lo recuerdo. El caso es que íbamos cargados hasta las patas. Cinco tíos. Cinco amigos entre los 18 y los 22 años. Cinco insensatos. Sobra decir que durante el trayecto a la capital la ingesta de estupefacientes fue tal que a mitad de la noche tuvimos que proveernos de más speed para aguantar el tirón. No era difícil pillar. Los camellitos locales se dejaban ver por la sala. Se movían bien. Trabajaban regular. “Los madrileños son muy chulitos”, decía el Keta, siempre tan farruco. A mis cuatro acompañantes les importaba un carajo la música, el DJ, el estilo, y prácticamente todo. Sentí repelús cuando al entrar oí aquella infame mezcla de trance y electro. Me dieron ganas de autocortarme el rollo e irme al coche a empolvarme la nariz. Pero necesitaba bailar. Necesitaba quemar energías. Quemar mi pedo. Sí, si me dan a elegir como desarrollarlo elegiría a una buena rubia con curvas. Sí, con caderas y tetas. No de esas anoréxicas que pasean sus omóplatos por las pistas de los garitos más guarros. Una mujer. Pero en una sala de la Meseta lo más lógico es quemarlo bailando. Ibiza ya es otra historia. Cuando tomo drogas de diseño es cuando realmente me doy cuenta de lo que soy. Un pastillero. Nací para esto. Soy un bakaladero de tomo y lomo. Auténtico. Camiseta ajustada de Independent, botas Art, pantalones pitillo, cabeza rapada, y botellín de agua en mano. Y bailar, y bailar, y bailar. Tarantantantan, tarantantarantaran, cantaba Ann Saunderson sobre la base de Octave One. En realidad decía algo coherente, no sé que de “yurais”, creo de hablaba de los ojos de alguien; tal vez los míos. La cuestión es que la fiesta estaba de puta madre. En cuanto acabó su sesión el pesado que pinchaba trance, el local ganó en calidad ambiental. Yo estaba feliz. Enorme. Lleno por dentro y por fuera. Hablaba con la gente: con otros clubbers, con los bakalas más duros, con las camareras… Buen rollo, feeling, felicidad inducida, paraísos artificiales... ¿Pero qué más da? El mundo es bastante triste como para renunciar a estos momentos de éxtasis, por falsos que sean. Mis compinches disfrutaban también de su momento de gloria, de su alucinación. Luces de colores, go-gos, cañón láser, mil quinientas personas… Un sitio de ensueño para nuestro sueño. Un escenario de teatro decorado a nuestro gusto. Ideal para representar nuestra mascarada. Porque el efecto alucinógeno es eso, una mascarada que tu mente guioniza, dirige y protagoniza.

“Oye, Petunio, tío, ¿dónde coño se ha metido el Clenchas?”, pregunté. “No sé, colega. Psssssss. Menudo rayao de la vida. Andaba en el coche. Lo estará limpiando, ja, ja”. Me dirigí a su impoluto coche. El aparcamiento estaba lleno de barro. El Clenchas rayao perdido. “Oye, tronco, que le den por el culo al puto coche. Eres un puto paranoico”. “Toda la peña de la discoteca me está mirando. Creo me quieren pegar”. “Venga, tronco, no flipes. Ahí dentro hay 1.500 personas de fiesta que no van a perder su valioso tiempo en mirarte”. “Me habéis echado un tripi en la copa, cabrones”.”Que te jodan, Clenchas”. Supongo que a esas edades uno no es muy consciente de lo que hace. Cuando no tienes responsabilidades en la vida todo es muy fácil. Y muy gratuito. Pensamos que podemos ser lo queramos, hacer lo que queramos… A mí me dio por ser pinchadiscos. Me encantaba esa música. Pero como soy un pobre desgraciado, no he llegado a nada. Sigo de aprendiz de mecánico. Lo que gano en el taller me lo gasto en vinilos. Los demás, más o menos igual, ganándose la vida como pueden. En realidad todos teníamos un sueño. El Clenchas quería ser piloto de Fórmula 1.

Nos podrían acusar de todo. De bulling. De vejación. De daños morales… ¿Qué sé yo? Con un video de Youtube estaríamos en la cárcel. ¿Pero por qué? ¿Por qué a un amigo? En realidad no sé si era un amigo, pero era uno de los nuestros, alguien cercano, al fin y al cabo. La selva es así. Eso es lo que creo. Lo que me quiero creer. Si la desgracia cae sobre tu vecino, al menos sabes que no cae sobre ti. Pura supervivencia. Instinto. Luego te das cuenta de que las cosas no son tan simples. Al menos no deberían serlo. A mí me ha costado años recuperar la conciencia. Y ahora ya…. Ya tengo 30 años. Ahora es momento de auto flagelarme. De tener cargo de conciencia. De sentirme responsable
De algo.
Volví a entrar en la discoteca. Estaba indignado. El Clenchas se metía muchas tronchas, pero no podía con los alucinógenos. El ácido le daba pavor. Siempre emparanoiado. Siempre comiéndose la cabeza. Siempre cortando el rollo, con su debilidad de los cojones. Había que darle un escarmiento. O aprendía de esta o no aprendería nunca. “Oye, troncos, el Clenchas es un puto rayao. En cuanto lo sacas de las lonchas y del coche se raya como una cebra. Cree que le hemos echado un tripi en la copa y que está flipando por nuestra culpa. Puto flipao”.”Igual se le va la piña y se larga con el coche”, dijo Paco Keta.”No nos puede dejar aquí”, gritó el Rulas.”No puede ni conducir. La pupila le abarca toda la cara. No ve”, argumentó el Petunio.”Vamos a echarle un tripi en la copa y a volverlo loco. Seguro que así aprenderá que no somos una pandilla de nenazas”, sentencié yo. Le llevamos bebida. El veneno iba dentro. Tal vez se nos fue un poco la mano. La verdad es que no me acuerdo. Lo dejamos en el coche hasta que acabó la fiesta. Debieron pasar cuatro horas. Tal vez más. Cuando volvimos no podía ni articular palabra. Sus ojos, convertidos en pupilas, miraban de un lado para otro. El resto del cuerpo permanecía inerte. No podía conducir. Arranqué el coche y partimos de vuelta a la ciudad.
No sé como explicarlo. El LSD abre espacios de tu mente que ni sabías que existían. Alcanzas tal potencia mental llegas a percibir que prácticamente todo es posible. Ahí está el problema. Te puedes creer casi todo. Siempre hay leyendas urbanas que hablan de dragones voladores y gente que se cree superman. Para mi no dejan de ser mitos callejeros. Sólo las historias orquestadas dentro de una cierta lógica encajan en una mente lisérgica. Las alucinaciones visuales no son más que un truco de los ojos. El problema está en la mente. En su profundidad. Si no sabes controlarlo, estás a merced de todo. No te enteras
De nada.
Lo volvimos loco. Pero no figuradamente. De hecho, cobra una pensión gracias a nosotros. Le hicimos creer cosas impensables. Lo humillamos a través de una guerra psicológica que no podía sostener. Estábamos compinchados. Fuimos capaces de jugar la partida con todas las cartas marcadas. Con comodines. Con suciedad y alevosía. Con datos coherentes le hicimos creer que su madre, la viuda de su padre, se había follado a Camel, el camellito chuloputas del barrio. Llegó a convencerse de que nos perseguían unos macarras en un coche robado y que nos iban a meter cuatro tiros. Di cuatro volantazos bruscos en medio de la autovía para añadir certeza. El atrezzo era perfecto. Salvaje. Propio de depredadores humanos. Por seguir el vacile le dijimos que habíamos comprado 200 rulas que estaban bajo el asiento trasero. Al intentar comprobarlo, se le quedó la mano enganchada. La dificultad de raciocinio que poseía en aquel momento le impedía encontrar la solución al puzzle. No podía sacarla. Entre tanto, y como colofón, nos paró la Guardia Civil. Hasta entonces todo había sido muy fácil. Lo teníamos bien organizado, todo hay que decirlo. Pero el destino nos puso el desenlace. Cinco tíos. Veinte pupilas. Diez mandíbulas. Uno de ellos, Clenchas, con la mano metida en el asiento trasero y sus luces de carretera puestas; enfocado a los agentes. La víctima perfecta. La productividad diaria de los cuerpos y fuerzas del estado. El pringao de turno. Empezó a flipar. Y no lo digo figuradamente. Llegó a decir de todo. Su rostro desprendía tal pánico que asustaba. Daba miedo. No lo recuerdo muy bien. Sólo pensaba en limpiar mi culo. El Clenchas era perfecto para salvar los otros tres. Y así lo hizo. Después de una inolvidable performance, puso la guinda al pastel intentando sobornar a los picolos. Quería que no le multaran por el cargamento de pastillas que creía tener en la mano. Llegó a tal punto que realmente les enseñaba la palma de la mano pensando que en ella había una bolsa con 200 rulas. Era un espectáculo. Los agentes, que escuchaban perplejos, no paraban de pedir refuerzos. Desmontaron el coche. No pillaron nada más que los residuos. Nos habíamos metido absolutamente todo. Primero lo detuvieron. Después, lo llevaron al loquero. Nunca se le pasó el ácido efecto.
A día de hoy he recuperado la conciencia. Ha pasado tiempo, lo sé. Pero tenía que compensar ambas realidades vitales. Aunque aún sigo sin saber cual es la verdadera, sólo vivo en una. Ahora duele más que nunca. Débil o no, el Clenchas, Pipo, era mi mejor amigo del colegio. Cuando pasé la fase de felicidad inducida me di cuenta de que Pipo había sido mi único amigo. El pobre Pipo no era débil. Era bueno. Fue bakaladero mientras pudo. No todos los clubbers eran bakaladeros, pero casi todos los bakaladeros clubbeaban. Al final, el clubbing se impuso al bakalao y yo recuperé la conciencia. Ahora, adulto, maduro, recuperado… me dispongo a acordarme de ti, Pipo. A no dormir tranquilo por las noches. A salvarte de la percepción de la policía. A convencerte de que allí no había pastillas. De que todo era un magno espejismo. Una patraña. Como mi vida. Como la de los demás. Tú fuiste la víctima, amigo, pero yo, después de mi periplo por los dominios de la insensatez, me quedé allí para siempre. Contigo. Allí, en el asiento trasero del Polo rojo. Allí
De bajo.

Mario Crespo, inédito.

viernes, 27 de marzo de 2009

23 PANDORAS & ECLIPSADOS: Hoy en León.



Entrevista Vicente Muñoz Álvarez
ESCRITOR
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«Para salir de la penumbra hay que escribir sobre ella, conjurándola»

Vicente Muñoz forma parte de un nuevo grupo de escritores leoneses que desacralizan la literatura del halo elitista que a veces la rodea y narran sin filtros la propia experiencia

27/03/2009 Cristina Fanjul

león

Presenta hoy en el Ccan Mi vida en la penumbra, un libro de relatos que bordea la zona más oscura de la existencia y que, sin embargo, demuestra que las mismas conchas que viven entre tinieblas son capaces de alumbrar perlas. En el mismo acto también debutarán La carretera muerta, de Gabriel Oca, y La cámara de niebla, de Alfonso Xen Rabanal. Además, se celebrará que el aquelarre poético de 23 Pandoras ya ha llegado a su segunda edición.

-¿Aún sigue en el camino?
-Por supuesto... Como buen beat, entiendo el camino como una metáfora de búsqueda y libertad, y como vía de evasión y escape. Los protagonistas de On the road, Jack & Neal, simbolizan la disidencia y el movimiento frente a la mansedumbre, el adocenamiento y la mecanización de las almas... Y en ese camino sigo, efectivamente, y espero siempre seguir.
-¿Qué puertas ha cerrado?
-Literariamente hablando, las canónicas, institucionales, políticas, radicales, impostadas, elitistas, sectarias, localistas, regionalistas, nacionalistas, puristas... Abogo por la hibridación y el mestizaje de estilos y géneros, por la creación visceral, no mediatizada por la tradición y el canon. A nivel personal, en cambio, ninguna. Más bien al contrario, en cada proyecto que me embarco abro otras nuevas...
-¿Cree que, como dice Borges, el sendero de la vida se bifurca en innumerables caminos?
-En innumerables e insospechados caminos... Al menos en mi caso ha sido así y me alegro por ello. No me gustan las líneas rectas, lo previsible, lo convencional. Me motivan más las bifurcaciones y cruces, los límites y extrarradios y los territorios fronterizos.
-¿Qué se esconde bajo la piel?
-Esto, obviamente, va por el relato El despellejador, uno de los más truculentos del libro. A menudo los lectores, descolocados, me preguntan por él... El protagonista busca en las personas algo más que la apariencia y la forma, el disfraz y la máscara... Busca la esencia y el fondo, el sentimiento, el corazón... y literalmente se abre paso hasta él, para comprobar que tampoco dentro hay nada: «Músculos, cartílagos y arterias latiendo aún entre mis dedos, pero sólo eso...» Es un relato muy nihilista y cruento, pero lleno de importantes claves: el extrañamiento, la disidencia y la búsqueda, el existencialismo y la náusea, la línea de sombra...
-¿Hay alguna manera de salir de la penumbra?
-Escribiendo sobre ella, exorcizándola y conjurándola... Para mí, la escritura, entre otras cosas, es una forma de limpieza interior e indagación personal. No me importa que sea o no comercial, sino que refleje mi mundo interior, a veces luminoso y otras oscuro, y por extensión, también, el mundo en que vivo...
-Decía Faulkner que el hombre es la suma de sus desdichas. ¿Cuántas acumula la suya?
-Menos, en cualquier caso, que alegrías... Mi literatura, mi poesía y mi prosa, muestra a menudo mi lado oscuro, pero en mi vida personal, la gente que me rodea, a la que valoro y quiero, mis compañeros de gremio y equipo, iluminan a diario de luz mi penumbra... Precisamente en ello estamos.
-Por favor, dígame que hay algo fuera de Céline y de Burroughs.
-Claro que sí: en mi caso, un autor más presente que ningún otro es Thomas Bernhard, un gigantesco escritor austríaco ya fallecido, a quien dediqué mi novela El merodeador. Y está la Lost Generation y el Decadentismo francés (con J.K. Huysmans y su impagable Al revés por bandera ), mi queridísimo Charles Bukowski, Fonollosa, Lovecraft, el maestro Carlos Castaneda, Lowry, Conrad, Beckett, Boris Vian, Henry Miller, Poe, Dino Buzzati, Gurdjieff, Philip K. Dick, John Fante, Raymond Carver... Y entre mis contemporáneos y amigos: David González, Patxi Irurzun o Eloy Fernández Porta.
-¿Sólo el amor le redime?
-Pueden redimirte muchas más cosas, y de igual modo condenarte también... Todo depende, como diría el Don Juan de Castaneda, del punto de vista y enfoque... En cualquier caso, suscribo las palabras de El Cónsul de Lowry en esa grandiosa novela que se titulaba Bajo el volcán: «Sin amor no se puede vivir...»
-¿De qué cosas ilícitas no se arrepiente?
-Sinceramente, no me arrepiento de casi nada. Todo lo que he hecho en mi vida lo he hecho con el corazón, sin pedir ni esperar nada a cambio, sin hacer mal a nadie, y de eso, creo, no me debo arrepentir. Por otra parte, el arrepentimiento y el remordimiento son una falacia judeocristina que no comparto en absoluto. Debido a ella somos, en palabras de Unamuno, animales enfermos...
-¿Se puede prescindir de la rutina durante el viaje?
-Se debe prescindir de ella, o al menos no dejar que te idiotice y vacíe por dentro... Gurdjieff aseguraba que en la imprevisibilidad y la diversidad de nuestros actos está la clave de la felicidad...
-Descríbame «La carretera muerta» y «La cámara de niebla»
-La carretera muerta, de Gabriel Oca, es un libro de cuentos muy celiniano, muy trabajado, muy crudo y explícito, autobiográfico, que describe los años salvajes de su autor. Es el primer libro de Gabi, un escritor leonés hasta ahora inédito, pero con una voz curtida y nada convencional. La cámara de niebla es también la primera novela de Alfonso Xen Rabanal. Un libro imprescindible, de lo mejor que he leído en mucho tiempo, brillante, intenso, valiente, especular, delirante, profundo, novedoso y absolutamente recomendable, que deslumbrará y fascinará a cualquier lector sin prejuicios.

Lugar: Ccan (Puerta Castillo, 10).
Hora: 21.30.

Cristina Fanjul, Diario de León.


VINALIA TRIPPERS,
ECLIPSADOS & BAILE DEL SOL


Os invitan al C.C.A.N.
(Plaza Puerta Castillo, 10)

Viernes, 27 de Marzo
21,30 h.

Con la participación de:

Silvia D. Chica
Begoña Leonardo
Sofía Castañón
Vicente Muñoz Álvarez
Gabriel Oca Fidalgo
Alfonso Xen Rabanal

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También hoy en La Crónica de León

Regreso al camino original, artículo de Ray Loriga



RAY LORIGA 21/03/2009

Kerouac odiaba a los hippies. Me lo dijo Caroline Cassady, a la que tuve la fortuna de conocer en Londres gracias a mi buen amigo y mejor escritor Barry Gifford. Caroline recordaba claramente los años pasados con Jack Kerouac y Neal Cassady cuando ella era el queso y el jamón del sándwich, y le gustaba hablar de ello con una sonrisa en los labios. Jack, contaba Caroline, era un escritor, no un vagabundo, y adoraba la elegancia de sus héroes del bebop: Charlie Parker, Coltrane, Gillespie, Max Roach... Odiaba tener la casa llena de melenudos, y en su cabeza se veía más cercano a Scott Fiztgerald que a todo ese cuento de la contracultura. Al parecer, y con frecuencia, Jack montaba en cólera por el lugar que la caprichosa trama cultural le había reservado. "¡Debería estar sentado en una academia y no en el salón de mi casa soportando la veneración de estos palurdos!", decía Caroline que gritaba Jack, harto de que unos seminformados pero bien uniformados jovencitos se bebieran sus cervezas. Odiaba que cualquiera se atreviese a llamarle Jack, él prefería señor Kerouac.

También me contó esa encantadora mujer que Jack y Neal no eran homosexuales, ni heterosexuales, que eran cada uno su propio asunto y que ella los adoraba y los respetaba. La oportunidad de pasar una larga tarde y parte de la noche charlando tranquilamente con la mujer de estos dos centauros ayuda a desterrar para siempre esa mirada vulgar que con frecuencia acompaña a los mitos culturales y volver al camino sensato de la verdadera apreciación y, como bien indicaba ella, al verdadero respeto.
La publicación por la editorial Anagrama del rollo mecanografiado original de En la carretera es la mejor excusa para acercarse a Kerouac con las gafas limpias de los viejos tópicos y leyendas que han rodeado la obra de este reservado y explosivo canadiense, que comandó casi sin quererlo la generación beat.

[Extraído de El País. Seguir leyendo: aquí y aquí]

JAVIER DAS in Md: 30-3-09.


Es en Madrid,
en la calle Fuencarral,
después de presentar
mi primer libro
en el Bukowski.

La maniquí en el escaparate
está sentada en un cubo
de plástico blanco
apoyando sus codos
en sus rodillas.

Por la postura,
su vestido,
el escote de su vestido,
forma una curva
muy pronuciada.

Y yo,
sin poder evitarlo,
por instinto,
me acerco poco a poco,

buscando,
esperando
el momento
en que
por ese hueco
aprecie uno de sus pechos,

de madera.


Javier Das, del poemario Sin frío en las manos (inédito).

'Taking Woodstock' Official Trailer

La nueva película de Ang Lee, ambientada en parte en el Festival de Woodstock del 69.

Próximamente: Kahlo en el país de las dadanoias


Esta es la cubierta y contracubierta de mi libro “Kahlo en el país de las dadanoias” publicado por Norma Editorial ^____^ y basado en mis primeros años por la red, con todas las fotografías que he ido haciendo entre 2005 y principios de 2007 más esos textos que escribía por ternura porno. Saldrá a la venta a nivel nacional el próximo 23 de Abril, día en el que estaré presentándolo por el Norma Cómics de Barcelona, el 9 de Mayo en el Fnac Triangle y pronto en Madrid. Este es mi regalo de cumpleaños, que sin vosotros no hubiese sido posible, c’est très gentil à vous tous.
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[Extraído de Dadaonia's, el recomendado blog de la diseñadora (entre otras muchas cosas) Marta Castro, lleno de pop, colorido e ideas originales. Pronto, parte de ese material estará en un libro]

LIGHTS IN THE SKY THEATRE by Eloísa Otero.


Entré en el viejo teatro por la parte reconvertida en all-nighter, en homenaje a Los Flechazos y al Festival Mod. Atravesé el pasillo que daba al patio de butacas, envuelto de música chill-out. Subí por la escalinata imperial hasta la plataforma donde se iba a escenificar la antología de poesía alternativa española ’23 Pandoras’ (23 jóvenes poetas seleccionadas por Vicente Muñoz, y ojo que éste y otros libros se presentan mañana viernes en la buhardilla real del CCAN). Sobre la tarima fluía en holograma Inma Luna, leyendo su poema ‘Virtual Sex’: “Solicitas que juguemos al borde,/ lo dices con tu voz de teclas alejadas./ Me pides sexo limpio/ detrás de la pantalla/ sin nada que sabernos,/ blancos y negros como piezas.// Me dices que me siente en tus rodillas/ y yo doy un respingo en mi lado del mundo,/ no me pienso tocar ninguna grieta con tus manos cuadradas/ llenas de flechas, puntos y acentos circunflejos,/ sin una sola eÑe que puedas enseÑarme”. En la plataforma inferior, por la cristalera, divisé a los Deicidas ensayando, y recordé que algo había dicho Zapi sobre un concierto antológico, para celebrar sus lustros de historia. Al bajar me topé con Gamoneda, Héctor Escobar, Amancio y unos hispanistas que se dirigían rapeando al ambigú, a tomar una copa después de cenar tras un congreso dedicado a poetas leoneses transterrados. El Emperador bullía a tope esa noche, y la pantalla anunciaba que en media hora comenzaría el concierto-performance de Javier Iriso y Víctor M. Díez, acompañados por Cova Villegas.
No encontraba lo que buscaba. Así que descendí hasta a los locales donde tocan los grupos locales, pero tampoco dí con ello. Al subir casi me choco con Kike Cardiaco, que se despedía de Javier sin mirar por dónde iba… Una banda de heavys esperaba a que unos rastas les dejaran el local libre, para marcarse unas guitarras… Olía un poco a marihuana, y a lo lejos vi a Alex con Chus y Varis, junto a la sala de vídeo. De pronto apareció Alaska del brazo de Rafael Doctor, rumbo a la exposición de Pablo GaGa. Fue entonces cuando me desperté, sobresaltada.
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Eloísa Otero. Publicado el 26 de marzo de 2009 en EL MUNDO DE LEÓN.

Photo by Vuk.

Posted in * EL ESPEJISMO DE LA GALBANA / Una columna en EL MUNDO, Opinión, * ELO, Artículos, León, la ciudad

OBSERVACIÓN by Silvia D.Chica.


qué tendencia tan significativa a distraerme con lo ilusorio

lo descriptivo,
lo imaginativo,
lo aparente,

lo futurible,
lo mágico,
lo banal,
lo fugitivo,
lo perturbador,
lo comunicable
lo efímero.

perlas del mismo collar.


Silvia D. Chica, inédito.



POEMAS CON OLOR A NAFTA. Analía Laura Norak.


Cayendo por un tubo

 

Llegó en un inmenso auto blanco.

Él era un bello animal azul,

ojos azules, saco y pantalón azules

y sangre azul,

yo no podía caminar

así que me deslicé hacia él

como cuando una cae por un tubo.

 

Se bajó y me dijo:

- echale 5 pesos de común, piba -

después dijo algo sobre “trabajo de hombres”

y agregó “hasta a despachar nafta se han metido...”,

y al fin se fue el mugriento,

en su destartalado

y miserable cascajo.

 

 

Cogote de damajuana

 

El tipo vino

y se prendió de la manguera de súper

como si fuera el cogote de una damajuana.

Los ojos le saltaron de las órbitas

y empezaron a rebotar en el piso de la playa,

unos pibes que pasaban

corrieron y aplastaron uno

que rodaba como una bombita de agua,

yo corrí y le arranqué la manguera,

el tipo prendió un carusita

y se lo metió en la boca,

“ POR LOS TRES MILLONES DE DESOCUPADOS” gritó

antes de reventar como un sapo.

 

Maldito bonzo

esta mañana el trompa me dijo

que me va a descontar los 13 mangos

que se tragó el boludo ése.

  

Tony


 Decime Tony que será de nuestro presente,

yo, todas las noches aquí, entre robots insaciables

y vos por allí, haciendo de las tuyas,

cuando me voy a poner ese vestidito rosa

que nunca me regalaste

y bailar juntos hasta la madrugada,

decime, cuando nos tiraremos juntos en una playa

que no tenga cemento y huela a nafta adulterada,

no te quedes callado,

no me mires con esa cara de “yo no fui”

hablá ahora o callá para siempre...

 

Él se levantó, me dio la espalda

caminó unos pasos hacia fuera

se sacudió las orejas

y se echó a dormir al lado del surtidor.

 

A través del poeta argentino, Aldo Luis Novelli, que escribe desde el desierto patagónico, nos llegaron hace años a Borraska estos poemas de Analía Norak, una poeta-gasolinera (trabajaba -no sé si sigue allá, despachando nafta- en una estación de servicio, también en el fin del mundo), que recuperamos hoy para Hank Over. P.

miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Cuánto hace que no oyes a Bukowski?


La revista argentina Lamás Médula, nos envía un correo presentándonos su último número, en el que han colgado 10 poemas de Bukowski en castellano e inglés y con archivos sonoros en los que el viejo indecente los recita (entre ellos, por cierto, está El genio de la multitud, que Lukas Rodríguez bordó al leerlo hace ya ¡casi un año!, cuando presentamos Resaca en la FNAC de Callao).
Podéis leerlos aquí.

Y ahora uno de los poemas: 

Me calentaba
ella me calentaba, me calentaba tanto
que no quería que nadie más la tuviera
si yo no llegaba a tiempo
ella se hubiera ido y yo no hubiera soportado eso
me volvería loco...
era estúpido, lo sé,
pero estaba atrapado con ella, estaba atrapado.

repartí todas las cartas
y después Henderson me puso a andar de noche
en un camión viejo del ejército,
una mierda que empezó a calentarse a mitad de camino,
y la noche continuó
conmigo pensando en cómo me calentaba Miriam
y saltando dentro y fuera del camión
llenando bolsas de correo.
el motor seguía calentándose
la aguja de la temperatura estaba al tope
caliente, caliente
como Miriam.
saltar adentro y afuera
tres envíos más en la estación
esperando para que Miriam y yo entráramos y ella se sentara en mí 
con un whisky
cruzando sus piernas y moviendo los tobillos.
dos paradas más
el camión parado por el semáforo, era el infierno
patearlo
de nuevo
tenía que estar en casa a las 8, las 8 era lo máximo que Miriam toleraba
hice el último envío y el camión
media cuadra desde la estación...
iba a arrancar, iba a arrancar...
cerré las puertas, puse la llave y dejé
la estación...
tiré las llaves...
el camión de mierda se detuvo por el semáforo
grité
corrí por el hall, puse la llave en la puerta,
la abrí... estaba su vaso de whisky, y una nota:

hijo de puta:
esperé hasta las 5 después de comer
no me amás
sos un hijo de puta
alguien va a amarme
estuve esperando todo el día

Miriam

me serví un trago y dejé correr agua en la bañera
había 5.000 bares en la ciudad
y yo recorrería 25 
buscando a Miriam
su osito de peluche violeta sostenía la nota
apoyada en la almohada
le di un trago al oso, uno a mí mismo
y dejé que el agua
me calentara.

EL RESTAURANTE by Pepe Pereza.



El famoso restaurante chino de la calle Mayor se estaba quemando, grandes llamaradas y columnas de humo subían hasta el cielo nocturno. Los bomberos todavía no habían llegado y la policía era incapaz de contener a la muchedumbre que rabiosa acudía en busca de venganza. Los dueños del restaurante, un matrimonio chino, habían sido detenidos y llevados a los calabozos de la comisaría acusados de asesinar al menos, a cuatro personas de su misma nacionalidad. Por lo visto, se deshicieron de los cadáveres sirviéndolos como parte del menú. La ternera con salsa de ostras no era exactamente ternera, el cerdo agridulce no era exactamente cerdo y el aclamado pato a la naranja lo único que tenía de cierto es que era "a la naranja". Los que habían sido clientes del restaurante asistieron al lugar con latas de gasolina y antorchas, cómo en las viejas películas de Franquenstein, en las que el pueblo acudía en masa para quemar el castillo y al monstruo. El fuego se extendió a otros edificios adyacentes, hasta que toda la manzana de casas sucumbió a las llamas. Por la radio dijeron que en otros puntos de la ciudad también estaban quemando locales. Un gran brote de xenofobia fue extendiéndose por la localidad, creando el caos y la destrucción. Muchos extranjeros fueron linchados. Hubo violaciones, robos, grandes destrozos, asesinatos… Y todo porque un reportero con ganas de notoriedad escribió un artículo donde acusaba, sin ninguna prueba concluyente, al matrimonio chino. El chivatazo se lo había dado un confidente que necesitaba con urgencia una dosis de heroína.


Pepe Pereza, del libro Momentos Extraños (inédito).

EL REY DE LA ESQUIVA by José Ángel Barrueco.


el rey de la esquiva
ese era el nombre
que mi hermano se atribuyó
¿quieres que te lo explique?
es fácil, te gustará, hace gracia
se llamaba a sí mismo
el rey de la esquiva
porque era diestro en sortear golpes
cuando su papá lo perseguía
por casa para darle una zurra
yo recuerdo azotes en el culo
mi hermana dice que a veces
le daba con un cinturón
pero no siempre viví con ellos
mi hermano se metía bajo las camas,
escalaba los armarios, corría por los pasillos
para evitar la paliza
el rey de la esquiva, sí
como si nuestra casa fuera un ring
y uno tuviese que vivir en alerta perpetua
con los ojos abiertos y vigilando su sombra
el rey de la esquiva
ya no es el mismo
hoy planta cara
devuelve los golpes
aprendió a combatir
en el cuadrilátero de nuestro hogar.


José Ángel Barrueco, del poemario Le aplastaré con mis versos (inédito).

martes, 24 de marzo de 2009

23 PANDORAS in Md by Patty de Frutos.

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La psicotrónica Patty de Frutos se ha marcado este estupendísimo corto de la presentación de 23 Pandoras en la Fnac Callao de Madrid el pasado 16 de Marzo, donde podréis videar a varias de las poetas alternativas más interesantes de este país in action.
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Y por si esto fuera poco, ahí va más de propina:
http://www.youtube.com/watch?v=_TIfqwZKjIs
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Thanks Patty, Salud Pandoras.

We're on the Road & We Hold the Key
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Más The Pandoras en You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=5mh0TdkAbnc

ÓRBITA. MIGUEL SERRANO LARRAZ


Miguel Serrano Larraz, de quien ya recomendamos en esta páginas Un breve adelanto de las memorias de Manuel Troyano (Eclipsados), una novela descacharrante y valiente donde las haya, publica ahora la colección de relatos Órbita, en Candaya, con prólogo del hijo de Satanás Manuel Vilas. Ahí va la información que envía la editorial: 

Los inquietantes nueve relatos que Miguel Serrano reúne en Órbita buscan la representación de las perplejidades y fantasmagorías de las sociedades capitalistas de última generación. En el relato que da nombre al libro, Miguel Serrano aborda el misterio de las relaciones humanas en la era del simulacro y del afterpop. El adolescente superdotado Samuel Soriano es casi un alienígena emocional y el extraño científico Bernardo R. es la inteligencia desajustada, la inteligencia errante. Serrano tiende a la construcción de tramas de orden alegórico, tal vez por influencia kafkiana. La historia de Samuel Soriano es una historia kafkiana, pero ajustada al siglo XXI.

 

También está próximo Serrano a la narrativa de Roberto Bolaño. Se percibe en las tramas de los relatos y en la presencia de personajes salidos de los sótanos de la posmodernidad. Elfantasma que nos habla en el relato “Perspectivas” o el profesor de matemáticas enloquecido que aparece en “Y así sucesivamente” recuerdan el ambiente amenazador de malentendidos simbólicos de 2666.

 

Miguel Serrano Larraz (Zaragoza, 1977) comenzó la carrera de Ciencias Físicas, que abandonó en el último curso para dedicarse a la literatura. En la actualidad se dedica a la traducción (suyas son, entre otras, las versiones españolas de una biografía de Nick Drake y de un libro que repasa la trayectoria del grupo Belle and Sebastian). Su obra ha aparecido en numerosas publicaciones periódicas (Quimera, Turia, Laberintos, la Mandrágora y Heraldo de Aragón, entre otras) y en diversas antologías (Poesía para bacteriasEl viento dormido,Buñuel y las miradas del 2000...). Ha publicado dos libros de poesía, Me aburro (Harakiri, 2006) y La sección rítmica (Aqua, 2007) y una novela, Un breve adelanto de las memorias de Manuel Troyano (Eclipsados, 2008), que causó gran revuelo en los medios literarios zaragozanos.


Se puede leer un adelanto y más sobre estos, sin duda, recomendables relatos en http://www.candaya.com/orbita.htm