jueves, 20 de marzo de 2008

PENSAR DESPUÉS DE UN POLVO, por Lucía Bosca.


Me sangra el clítoris,

no es una metáfora, me sangra el clítoris,

como a una puta me sangra el clítoris.

Hago un torniquete con los conductos venales de mi infancia

como anudándome las converse,

siempre yo, siempre yo, mi sangre, mi clítoris.

Soy incapaz de bajar al fango, de revolcarme y saborear

el llanto del hambre y de la metralla,

aquí arriba se está muy bien, cambiando las sábanas cada semana,

teniendo insomnio por problemas de estrés.

¡De estrés! Mientras que allí no hay tiempo para estresarse

porque allí el tiempo es para ponerse a salvo, ni siquiera para cavar o

para mirarse a los ojos antes de decirse hastanunca.

Y yo a la hora de la merienda me abro en canal y con el dedo remuevo mis tripas

con la misma preocupación con la que remuevo el café tras la comida,

y pienso en si irme a Compostela o a Australia para seguir siendo

más lista

más fuerte

más independiente

más más

sin tener que preocuparme por ser

masacrada.


PENSAR DESPUÉS DE UN POLVO


Lucía Bosca, poema inédito.

Fotografía de James Nachtwey

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Fantástico, jodidamente bueno. Aún quedan beatniks vomitando por el mundo. ¿A quién tengo que escupir para leer más cosas de ésta artista?

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